El Gobierno ignora el fracaso de Díaz Ferrán para no dañar el diálogo social
Los ministros Elena Salgado y Miguel Sebastián reconocen la «legitimidad» del presidente de la CEOE
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno ha decidido ignorar los fracasos empresariales de Gerardo Díaz Ferrán para no perjudicar al proceso de diálogo social con las patronales CEOE y Cepyme y los sindicatos CC OO y UGT de cara a reformar el mercado laboral. El dirigente de la CEOE sufrió el lunes otro golpe a sus intereses al ver disuelta por insolvente su aseguradora Mercurio, cuatro meses después del cierre de la aerolínea Air Comet. En vez de hacer leña del árbol caído, el Ejecutivo prefirió respaldar al empresario y reconocer su «legitimidad» como patrón de patronos, aún consciente de que una foto con un Díaz Ferrán abrumado por la precaria situación de sus negocios puede empañar el éxito del proceso, incluso el propio acuerdo.
Precisamente, el comité y la junta directiva de la CEOE celebran hoy sus habituales reuniones, y todo indica que de nuevo los miembros de ambos organismos volverán a hacer piña en torno a su presidente. Las voces que se oyen en contra solo suenan fuera de los ámbitos oficiales y sus autores quieren mantenerse en el anonimato a toda costa, lo que también resta confianza a sus opiniones.
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró en Bruselas, antes del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE, que «Díaz Ferrán fue elegido por los empresarios y mientras sea el representante de los empresarios, lo reconoceremos como tal». Preguntada por si el presidente de la CEOE mantiene la legitimidad para estar al frente de la organización, fue clara: «Sí, por supuesto». Salgado dudó, no obstante, de que sea hoy un ejemplo para los hombres de negocios españoles: «Representativo no lo sé, es quien han elegido los empresarios», zanjó.
Sin dramatismo
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, coincidió con su compañera de gabinete en que, mientras Díaz Ferrán tenga el apoyo de la CEOE, el Gobierno lo seguirá «reconociendo» como presidente de los empresarios y, por tanto, interlocutor en el diálogo social. Sebastián señaló que no hay que «dramatizar» sobre la liquidación de Mercurio e insistió en que hay que ser «muy respetuoso» con las instituciones y los procesos de elección de sus dirigentes. El coordinador de Economía del PP, Cristóbal Montoro, evitó opinar sobre la aseguradora, y trató de desvincularla del papel de su dueño al frente de la organización: «Una cosa es Díaz Ferrán como empresario y otra como presidente de la CEOE», resaltó.
La figura de Díaz Ferrán como dirigente de la patronal de las grandes compañías no cuenta con el beneplácito de otras asociaciones de empresarios. Es el caso del máximo responsable del Instituto de la Empresa Familiar, Simón Pedro Barceló, quien eludió referirse a la marcha de los negocios de Díaz Ferrán, pero a título de ejemplo sobre las determinaciones que hay que tomar en momentos delicados, aseguró que si una de sus empresas «entrara en concurso tendría que irme» y dejar el cargo.
Por otro lado, Gobierno, CC OO y UGT reconocen que el talante del presidente de la CEOE en el actual proceso de diálogo social ha cambiado en relación con la postura dura y tajante que mantuvo en julio de 2009, cuando las conversaciones se rompieron de manera estrepitosa. Ahora el patrón de patronos apuesta por el entendimiento y siempre se muestra optimista ante las posibilidades de acuerdo.
En medio de ese panorama, la liquidación de Mercurio sigue adelante. UGT pidió ayer a la Dirección General de Seguros que los 82 trabajadores de la aseguradora pasen a integrar la plantilla de la entidad que se quede con la cartera de asegurados y la gestión de los siniestros.