Cabaña convoca de urgencia a la Ejecutiva provincial para explicarle su portazo a Griñán
El presidente de Diputación reaviva al sector crítico al acusarle de usar su renuncia a integrar el nuevo equipo autonómico
JEREZ. Actualizado: GuardarEn momentos de dificultad política, los gestos cuentan más que las declaraciones. Francisco González Cabaña se despidió ayer de los periodistas con una exhibición de socarronería: «Nos seguiremos viendo por aquí cada semana». Pero en la broma queda implícito que ha pensado en la posibilidad de que le tocara desaparecer, o mudarse. Es la demostración de que tarda en escampar en el PSOE provincial después de la tormenta desatada el sábado en el Congreso Regional Extraordinario.
La renuncia de González Cabaña a dejar sus cargos en la provincia (alcalde de Benalup, secretario general provincial y presidente de la Diputación) le convirtió en el primer e inesperado problema de la previsiblemente inmaculada 'era Griñán'. Aceptó a las cuatro de la mañana. Se retractó a las nueve. Aún no ha podido sacudirse los focos. Su situación es tan compleja que ayer invirtió 30 minutos en explicar su versión de lo sucedido. Durante su argumentación, puso de manifiesto por primera vez que su gesto ha generado una crisis en la estructura provincial, aunque su intensidad y su duración todavía sean indeterminadas.
González Cabaña lo confirmó con dos afirmaciones. En primer término, admitió que ha convocado de forma urgente e imprevista, mañana miércoles, a la ejecutiva provincial y a los secretarios locales que no la integran.
El único punto del orden del día es aclarar su renuncia a formar parte de la nueva dirección provincial como secretario de Política Institucional.
En segundo lugar, renovó la carta de naturaleza del adormecido movimiento crítico interno que propugna su relevo y le dio protagonismo con un detallado ataque.
«Oportunistas también los hay en mi partido». «Los que buscan razones ocultas es que no saben de política o tienen intereses personales». «¿Es que algunos esperaban alguna cosa con mi marcha?», fueron algunos de los mensajes que lanzó a los teóricos oponentes dentro de las filas provinciales.
«Respetaré cualquier voz crítica. El PSOE es un partido profundamente democrático. Todo el mundo es libre de decir lo que quiera, pero en los foros adecuados. Eso sí, no habrá ni congreso extraordinario [para elegir otra dirección provincial] ni gestora, que les quede claro».
Al mencionar esas dos opciones, las hizo oficiales, puesto que hasta ahora sólo habían aparecido en artículos o análisis en medios de comunicación y en algunas informales plataformas de Internet. Ningún militante, públicamente, había mencionado esas dos opciones hasta que, ayer, lo hizo González Cabaña.
Más explicaciones
El responsable del partido en Cádiz y presidente de Diputación detalló de nuevo los motivos que le llevaron a rechazar un puesto en la ejecutiva regional. Reiteró los argumentos que, teóricamente, repetirá ante sus compañeros de la dirección provincial mañana en la sorprendente convocatoria. Su argumentario, ya conocido, habla de «un magnífico congreso» y de un apoyo «sin fisuras a Griñán y a su nuevo equipo». Su renuncia queda reducida a «una anécdota, un hecho concreto y aislado» que pretenden magnificar algunos a través de «elucubraciones interesadas».
«Cádiz es más griñanista que Griñán», resume, y niega que la provincia haya perdido protagonismo y peso político en el PSOE autonómico: «La provincia está muy bien situada. Hay que admitir que ni Luis Pizarro es eterno ni tampoco la situación que tenía Cádiz en la ejecutiva».
Aún así, reivindicó como aciertos propios que «cuatro figuras políticas gaditanas», que calificó como «ligadas a la era Cabaña», estuvieran en ese nuevo equipo: María Colón, Rafael Márquez, Bibiana Aído e Irene García. Se declaró «contento y satisfecho», con esa participación.
Sobre su portazo mañanero del sábado a Griñán, en vez de pasar página, como los miembros del nuevo poder orgánico en Sevilla, insinuó engaños o desencuentros: «Cuando dije 'sí' a estar en la ejecutiva había unas condiciones. Cuando dije 'no', había otras. No voy a contar más porque me parecería una deslealtad hacia el partido desvelar el secreto de las deliberaciones y los procesos internos». Esas condiciones presuntamente cambiantes están ligadas, en todo caso, a la incompatibilidad de cargos. González Cabaña reiteró ayer que descartó abandonar la dirección provincial cuando supo «lo que pensaban sus compañeros» de la delegación gaditana.
Respecto a la Presidencia de la Diputación, afirma que «no tenía inconveniente» en dejarla siempre que «quedara en manos del PSOE» y respecto a la Alcaldía de Benalup zanjó: «No la abandonaría en la vida, en la vida». Un periodista le preguntó: ¿cuando aceptó, a las cuatro de la mañana, no sabía ya que tenía que abandonar esos cargos, no era consciente de que Griñán exigía dirigentes 'full time'?
«Es que yo no hablo mucho inglés. No entiendo bien lo de 'full time'. Yo llego hasta lo de 'stand by'. Así estamos ahora, en 'stand by'». Ese proceso de espera, en inglés o en español, puede acabar mañana. El encuentro con la dirección provincial marcará si esta crisis abierta en el PSOE provincial tiene corto recorrido o, sin embargo, ha servido para reforzar y animar a los, ya existentes, opositores a González Cabaña.
El PP, al acecho
Los dirigentes provinciales del Partido Popular achacaron ayer al presidente de Diputación la encarnación de «la pérdida de poder del PSOE gaditano en Andalucía». Tanto José Loaiza, como Antonio Sanz y Teófila Martínez acusaron a los socialistas de poner sus intereses personales por encima de las necesidades colectivas.
Mientras, durante la misma jornada de ayer, la dirección popular anunció que llevará la suspensión del Pleno de la Diputación de Cádiz del pasado miércoles a la Fiscalía por si se produjo un «abuso de poder» por parte del que dirigía la sesión. También era Francisco González Cabaña.