Una cifra récord de abstención afecta a más de la mitad del electorado
PARÍS. Actualizado: GuardarYa de por sí escasamente movilizadoras, las regionales batieron ayer en la primera vuelta un récord histórico de abstención en Francia. Menos de la mitad del censo se desplazó a la cita con las urnas en una muestra palpable de desencanto, desinterés y desconfianza. La abstención rondó el 52%, según estimaciones iniciales.
En las primeras elecciones regionales, convocadas en marzo de 1986, sólo el 22,1% de los electores se abstuvo. También es verdad que de manera simultánea se celebraron las interesantes legislativas que propiciaron la cohabitación del conservador Jacques Chirac con el socialista François Mitterrand. Seis años después, en 1992, la abstención subió hasta el 31,4%. Hasta la fecha el récord databa de marzo de 1998 cuando el techo había ascendido hasta el 42% del censo. La participación registró un repunte en 2004, la primera vez que las regionales se dirimieron a dos vueltas. La abstención fue entonces del 37,9% en la primera vuelta y del 34,3% en la segunda.
Los analistas perciben en el fenómeno el desconocimiento general acerca de las regiones en un país muy marcado por el jacobinismo centralista. La mayoría de los ciudadanos ni siquiera sabe el nombre de su presidente regional y resulta complicado hasta conocer los límites geográficos de regiones tan artificiales como PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul) o distinguir Alta Normandía de Baja Normandía.
Tampoco juega a favor las reducidas prerrogativas de unas entidades, sin apenas poder en cuestiones cruciales como el empleo, cuyas competencias se limitan a la gestión de los liceos y los transportes de cercanías o las subvenciones deportivas y culturales.