Sociedad

«No estoy encantado de conocerme»

Miguel Bosé Cantante«¿Sexo tántrico de ocho horas seguidas? No, gracias, prefiero parar para tomar unas tapas y una cervecita»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Se encuentra en plena promoción de 'Cardio', su nuevo disco, lo cual ha disparado sus pulsaciones mediáticas hasta el borde del infarto. Y se nota. Cansado, y quizá aburrido de oírse a sí mismo, Miguel Bosé (Panamá, 1956) se enfrenta a la enésima entrevista del día con resignada paciencia y algún destello de esa soberbia netamente Dominguín, muy torera.

- Ha estado años sin escribir canciones.

- Cinco años. Y por culpa de 'Papito', que fue una celebración de mis tres décadas de carrera.

- Alguien pudo ver en aquel autohomenaje una prejubilación.

- No sé quién pudo pensar que iba a abandonar mi territorio, mi reino, mi principado dentro de la música. Ahí están mi lenguaje, mi autoridad, mi sello, mi estilo... Es mi vida. Yo no me imagino estar aquí, sobre el planeta, sin hacer música.

- Y ahora vuelve para dar de comer a los manteros.

- Que son algo muy nocivo, por más que el castigo que se les aplica sea desmesurado.

- Una de sus canciones dice: 'Estuve a punto de colgar mi vida de un...'. ¿Es cierto?

- Nunca escribo de mí mismo. Todo lo novelo. Invento personajes. Siempre me ha gustado mucho más ese ejercicio. Me parecería aburridísimo tener que hablar de mí cuando estoy viéndome a diario.

- Así que no ha llegado a la desesperación.

- Hombre, en algún momento supongo que algo me ha tenido que pasar que se pueda parecer a esa historia. Pero en este momento, no.

- Ha adelgazado 22 kilos. ¿Por salud, por estética?

- Por necesidad. Porque si no, no cabía en la portada.

- En serio...

- En serio. Antes te podías permitir estar más rellenito, porque como eran vinilos había más espacio.

- En un LP habría cabido.

- Sí, pero enroscado, ja, ja, ja... Ha sido cuestión de salud. Y de vanidad, si quiere. Yo qué sé. Llámelo equis. Lo cierto es que una gira te crea un descontrol brutal. Te rompe el reloj biológico del cuerpo. Comes porquerías, comes a destiempo y todo eso te va dejando un poso que es muy desagradable, muy incómodo. Y llega un momento en el que dices basta.

- ¿Ha hecho muchos sacrificios gastronómicos?

- No. Este tipo de seguimiento ayurvédico es extraordinario. No se pasa hambre en ningún momento. Es una comida muy rica. La clave son las especias, porque es el equivalente a la farmacopea. Es muy sabrosa, una comida hindú. La medicina Ayurveda está asociada a una forma de vida, al yoga. Y es un proceso de depuración, de limpieza...

- Su colega Sting asegura que gracias al yoga es capaz de practicar sexo tántrico y pasarse ocho horas haciendo el amor.

- Me parece muy bien.

- Usted no ha llegado a tanto...

- Es que no hago yoga. Lo hice hace tiempo. Pero ahora no.

-¿Lo de Sting no le anima a volver?

- No, la verdad. Y eso que yo a Sting le creo. Pero es que, oiga, ocho horas seguidas, sin tomar una tapa y una cervecita... Yo prefiero los intermedios; parar para repostar. Por cierto, le queda una pregunta.

- Se ha vuelto a poner falda...

- No me la he quitado nunca.

- Y luego se quejará de que le tachen de ambiguo.

- ¿Pero qué tiene que ver la falda con la ambigüedad?

- Bueno, está considerada un atuendo femenino.

- Es evidente que usted no conoce a los maharajás ni a los mayas. ¿Nosotros os hemos quitado la falda? No, no. Vosotras os habéis apropiado de nuestras faldas y de nuestras joyas.