A CACHOS
Pese a ser una de las facultades más prestigiosas de España, los alumnos de Medicina tienen que aprender en un edificio que se cae
Actualizado: GuardarDesde 1850 la Facultad de Medicina Cádiz, junto con la de Madrid y Barcelona, eran referentes en toda España y alumnos de todos los puntos del territorio nacional querían estudiar en ella. Actualmente, y gracias a los profesionales que forman parte de ella, continúa en esta línea, pero el paso del tiempo no perdona a sus instalaciones y nuestros futuros médicos se las ven y se las desean para dar clases en un edificio que se cae a cachos literalmente. Un ejemplo, la semana pasada, en plena clase, cayeron trozos de la escayola del techo sobre algunos alumnos que, además, sobreviven este duro invierno al frío de las aulas forrados de bufandas y abrigos , y sin apenas poder tomar apuntes. A primera instancias parece que el edificio esté en obras, porque continuamente se ve a personal de mantenimiento para arriba y para abajo, pero una facultad de esas características no se mantiene poniendo parches. La sala de estudio se ha cerrado y sus mesas sirven de apoyo a la cafetería. Otro ejemplo más de que algo no va bien. Es cierto que existe un ambicioso proyecto de trasladar esta Facultad de Medicina junto a los antiguos depósitos de tabaco, cercana al nuevo hospital que se construirá en Puntales, algo lógico si se tiene en cuenta que los alumnos realizan continuamente prácticas en el hospital Puerta del Mar y es necesaria la cercanía. Pero aún no se ha movido un ladrillo y, mientras tanto, nuestros futuros médicos, muchos de ellos llegados de otros rincones de España, sufren la situación de deterioro de este antiguo edificio.
Das la mano...
Algunos detallistas del mercado, sobre todo pescaderos, se han quejado esta semana de deficiencias en el nuevo Mercado Central y no han tardado en ir a los medios a denunciarlas, en vez de comunicar a quienes les competa aquellas deficiencias que suelen aparecer en edificios antiguos que sufren una profunda rehabilitación, como ha ocurrido en la plaza de Abastos. La mayoría no paga más de 120 euros por sus puestos, adaptados con las mejores tecnologías porque ellos mismos han tenido la oportunidad de elegir, por ejemplo, las características de la cámara frigorífica que mejor les venía con coste cero. Pero ya lo decía mi abuela, que era sabia: «Nena, en la vida hay que tener cuidado, que si das la mano te pueden coger el brazo». Y parece que, en este caso, es aplicable a lo que está ocurriendo con algunos detallistas que, no contentos las nuevas y modernas instalaciones que se han encontrado tras la reforma del Mercado (lo que incluso podría considerarse como un agravio comparativo con otros comerciantes que lo están pasando muy mal para mantener en pie sus pescaderías, fruterías o carnicerías, por ejemplo) exigen más y más a la Administración. Los 120 euros que pagan de media se invierten en la limpieza del recinto, pero ahora hay alguno que pide que también se le limpie el puesto. Es como si a una le arreglan la fachada de la casa y le exige al contratista que, de paso, le haga el alicatado de la cocina.
El futuro
Los socialistas cerraban filas ayer en torno a Griñán y lo respaldaban como presidente de la Junta con la vista puesta en un cambio profundo del partido para afrontar los nuevos vientos. Griñán cambiará también a su equipo, reduciendo las consejerías y, por tanto, los cargos oficiales. De ahí que más de uno esté nervioso sobre su futuro. Hay quien como el actual secretario provincial de los socialistas gaditanos, Francisco González Cabaña, ha preferido garantizarse el suyo al menos para los próximos dos años, y preferido quedarse 'virgencita como estoy' que integrarse en el órgano regional del partido como secretario de Política Institucional. Sus razones tendrá, ya que aceptar este cargo con menos protagonismo público le obligaba a renunciar a los tres que ocupa ahora, el de secretario provincial, presidente de la Diputación y alcalde de Benalup. Y 3 x 1 en Cádiz no es lo mismo que 1 x 1 en Sevilla. De ahí que más de uno se haya quedado con la miel en los labios viéndose como presidente de la Diputación o secretario provincial del partido, cargo este último que aún está por ver si lo asume Pizarro siempre y cuando deje de ser consejero de Gobernación, lo que no parece muy probable.