«El PSOE debe estar cerca de la gente y a mí me gusta esa tarea»

No se lo esperaba. Se enteró de su nombramiento en la tarde-noche del pasado jueves cuando se encontraba cosiendo unas cortinas en casa de sus padres. Primero le llamó el secretario general de los socialistas malagueños, Miguel Ángel Heredia, para preguntarle su parecer sobre el acuerdo alcanzado con José Antonio Griñán, y luego le telefoneó éste para confirmarle que iba a ser la presidenta del PSOE andaluz. Desde ayer, la actual consejera de Cultura, Rosa Torres (Antequera, 1959), es la 'voz suave' que Griñán buscaba para su nuevo proyecto político en Andalucía.

Esta maestra ingresó en el PSOE en 1983 y poco después fue concejala en el Ayuntamiento de la Ciudad del Torcal desempeñando responsabilidades en Educación, Vivienda, Sanidad y Cultura. En 1996 dio el salto a la política provincial como delegada de Cultura de Málaga. En 2004, Manuel Chaves la incluyó en su Gobierno como titular de la cartera de Cultura donde hoy permanece. Un puesto del que es consciente y acepta que próximamente dejará en la remodelación prevista por Griñán para centrarse en sus nuevas responsabilidades.

Durante el congreso socialista, Torres ha sido una de las figuras más buscadas para ser felicitada por sus compañeros malagueños y de otras provincias.

-¿Qué respondió cuándo le notificaron su nombramiento?

-Como he hecho siempre, y pienso seguir haciendo, me puse a disposición de lo que fuese más interesante para Málaga y para el proyecto general de Andalucía, que es lo que a todos nos mueve.

-Su nombre no aparecía en las quinielas que se hicieron antes del congreso para ser esa 'voz dulce' que buscaba José Antonio Griñán, ¿en algún momento pensó que sería la elegida?

-Nunca se me pasó por la cabeza.

-¿Cómo afronta este nuevo reto en su carrera política?

-Es un gran honor. La presidencia ha sido siempre un espacio simbólico de representatividad del partido a nivel regional, pero ese nuevo perfil que el secretario general, Pepe Griñán, quiere darle al cargo me hace pensar que no va a ser un puesto sólo simbólico sino de responsabilidad y ejecutivo. En una materia que yo creo que me es especialmente grata: el contacto con la ciudadanía, contactos directos con el tejido social de Andalucía, con las asociaciones, con las federaciones,... Ese tejido es la base y el sustento de la ciudadanía, en el que ésta se organiza y el partido tiene que estar muy cerca de la gente. Entiendo que esa va a ser parte de mis funciones y si algo me gusta es el contacto con la gente porque lo que más me siento es gente.

-Uno de los aspectos que ha pesado en su elección es precisamente ese, el de sus relaciones con la ciudadanía, y su carácter moderado.

-Así es. Como consejera de Cultura he tenido contactos con un tejido muy diverso. La Consejería de Cultura toca muchos palos y la confianza que, antes Manuel Chaves y luego Pepe Griñán, han puesto en mí me ha hecho tener un bagaje que pongo al servicio del partido y la Junta de Andalucía. Tengo la fama de ser una persona moderada y me gusta sentirme una persona amable pero nunca he dejado de ser una persona muy contundente en cuanto a lo que pienso, lo que creo y los elementos que hacen que mi vida tenga sentido. Ese sentido siempre me lo ha dado el servicio público a la ciudadanía. Por supuesto moderación pero también contundencia cuando el momento lo requiera.

-¿Ha pensado cómo va a enfocar esa nueva responsabilidad y cuáles son los primeros pasos que va a dar como presidenta del partido?

-Lo primero será oír de una manera más amplia a la ejecutiva y al secretario general y definir el ámbito en el que me voy a mover. Poner muy en claro los cometidos de esa nueva responsabilidad e inmediatamente empezar a fijar una planificación para ir dando los pasos necesarios. Y desde ya manifestar mi puesta a disposición de los ciudadanos para lo que entiendan que yo puedo servir de mediación entre la ciudadanía y el PSOE.