
Una noche perfecta para el rock 'n' roll
El concierto comenzó muy temprano con un telonero de lujo, el personalísimo Lichis, que con esta gira se despide de La Cabra Mecánica Fito Cabrales y su estupenda banda hicieron vibrar a miles de personas en su regreso a Jerez
JEREZ. Actualizado: GuardarTodos los ingredientes hacían presagiar que el guiso iba a ser perfecto. Una noche despejada después de semanas y semanas de lluvias, un artista emblemático que dice adiós con esta gira y el regreso a Jerez de una de las formaciones musicales más aclamadas de los últimos tiempos -como lo demuestran sus galardones en los recientes Premios de la Música-. Fito y los Fitipaldis aparcaron de nuevo el autobús de su gira en la ciudad, y han dejado que con ellos viaje La Cabra Mecánica, Lichis, que anoche actuó de telonero en la explanada junto al Palacio de Deportes.
El recital empezó a horas poco ortodoxas para el rock, en torno a las ocho y media de la noche, y con menos asistentes de los que se congregaron un par de horas de después para disfrutar con los cabezas de cartel.
Pero Lichis también tiene su público, ése que se ha ganado a pulso durante tantos años de buena música desde que publicara 'Cuando me suenan las tripas', y gracias a sus letras personalísimas, su ritmo endiablado y su voz característica. Anoche fueron la mejor despedida que podíamos esperar los que lo veneramos desde sus inicios.
De la garganta cada vez más rota de Lichis salieron no sólo los dos nuevos temas que incluyó en su disco del adiós ('Carne de canción' y 'Valientes'), sino clásicos que coreó todo el público como la mítica 'Felicidad', 'Gracias por nada', 'Shalala' o la divertida 'Fábula del hombre lobo y la mujer pantera'.
Tan buena forma mostró y tanta calidad musical derrochó a lo largo de una hora de actuación que todo invita a pensar que su nuevo proyecto, que se llamará Miguelito, será un acontecimiento que no habrá que perderse. Eso sí, será una lástima dejar de escuchar en directo sus canciones plagadas de metáforas surrealistas y de imágenes tan cotidianas.
Y si La Cabra Mecánica habían preparado un buen sofrito con su 'Arroz con ajo', poco después de las diez unas divertidas caricaturas del líder de los Fitipaldis y los suyos saludaron desde las pantallas la llegada del momento más esperado, ése que se inició a los sones del primer single del nuevo disco, 'Antes de que cuente diez'.
La descarga de adrenalina fue irresistible, y nadie se pudo sustraer desde ese momento a la arrolladora fuerza del señor Cabrales. Sí, es cierto que sus últimos discos son para algunos demasiado monocordes, y que otros dicen que se repite, que los tiempos con Platero fueron mejores. Pero lo cierto es que en el escenario el menudo cantante de Bilbao se crece como nadie. Sin duda, mucho tiene que ver en ello la enorme banda que lo acompaña en directo, encabezada por el virtuoso Carlos Raya, que además ha sido el productor de sus dos últimos trabajos.
Sonaron casi todos los temas del último trabajo, y sin duda los más esperados de los anteriores. Y todas ellas con el rock 'n' roll como bandera, con la calidad de las guitarras, con la conexión que transmite esta banda a la que tan bien le sientan los miles de kilómetros de carretera que llevan encima.
Las raíces de Fito son las de siempre, y así se lo celebró el auditorio que estaba repleto -pese a la coincidencia con otras buenas citas musicales esa noche en la ciudad- y que aplaudió hasta cansarse temas como el vibrante 'Whisky barato', o como las versiones que ya son fijas en su repertorio, 'Quiero beber hasta perder el control' o 'Deltoya'. Casi al final las perlas: 'La casa por el tejado' y 'Soldadito marinero'.
Fueron tres horas y media de concierto en las que hubo oportunidad de escuchar juntos a los dos solistas de la noche con 'Barra amercana', dos bises y hasta dio tiempo para grabar un saludo para el concierto de mañana en San Pedro de Alcántara. Hubo mucho barro en el suelo y al final hasta algunas nubes traicioneras parecían que iban a aguar la noche, pero como dice la canción, «después de un inverno malo, una nueva primavera».