PUERTO REAL

Aumentan un 60% las peticiones de ayuda a Cáritas, muchas derivadas del Ayuntamiento

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Cáritas Arciprestal ha advertido que la situación de crisis económica actual ha hecho que en los últimos meses se haya registrado en las parroquias de la localidad un incremento de demandas de ayuda superior al 60%, muchas de ellas enviadas por los propios Servicios Sociales Municipales, porque, según la propia entidad, no pueden prestarles toda la ayuda básica que necesitan.

La organización considera que la administración «está derivando indebidamente a Cáritas, cuando la responsabilidad de responder ante estas situaciones es pública». Los responsables de esta ONG transmiten su indignación por lo que estiman como falta de recursos, al tiempo que reclaman políticas sociales al respecto. Pero llegan incluso más lejos, al definir claramente su ámbito de acción: «Cáritas no es una suplencia a las necesidades que no llega a cubrir la administración pública», advierten.

Los voluntarios y técnicos de esta entidad asistencial han atendido durante enero y febrero a 20 familias necesitadas de la población, con una ayuda en alimentos valorada en algo más de 2.000 euros. A ello se suman las 10 mujeres contratadas en sus talleres ocupaciones con un apoyo económico, y las tres contratadas en su empresa de inserción dedicada al reciclaje de ropa.

Si a ello se añaden los 11.000 euros que se han enviado a Haití como ayuda de emergencia, hace un total de casi 20.000 euros en el montante que Cáritas Arciprestal ha destinado en los dos primeros meses del año a las personas en exclusión social.

«Nulo apoyo público»

En este sentido, la entidad agradece de manera especial la aportación económica de los socios y donantes de la comunidad eclesial de Puerto Real, porque, según advierten, «ninguna administración pública financia económicamente la actividad que venimos desarrollando».

Desde Cáritas muestran su preocupación porque las situaciones que ellos contemplan a diario están incidiendo principalmente en las personas más vulnerables de la sociedad local.

Entre ellas incluyen los casos de «personas que tienen que decidir entre pagar la vivienda o comer». Al panorama desolador incorporan a otros puertorrealeños en situación de pobreza extrema, y al colectivo de mujeres solas con hijos, dentro de una dinámica en la que observan «un aumento constante de los procesos de exclusión social».