
Griñán pide ilusión para «enamorar» a Andalucía
El nuevo secretario general recibe el apoyo unánime de su partido
Actualizado: GuardarRespaldo sin fisuras. La nueva etapa del PSOE andaluz tras Manuel Chaves arranca con el apoyo unánime de su partido a José Antonio Griñán, que resultó ayer tarde elegido secretario general con el el 99,8% de los votos. Griñán obtuvo incluso más votos que su antecesor, Manuel Chaves, en el congreso de 2008, en que logró el 97%, y en los anteriores desde 1994 cuando se hizo con el liderazgo del partido. Ayer, 16 años después, los socialistas andaluces cerraron la era Chaves sin drama, de forma tranquila, dando un voto de confianza amplio a su nuevo líder, un veterano de la política de 63 años, el secretario general de más edad en la historia socialista. Griñán reclamó a los suyos unidad e ilusión para «enamorar cada día a Andalucía» en un discurso en el que volvió a mencionar la salida de la crisis, la educación, la apuesta por los jóvenes y las nuevas tecnologías como sus aspiraciones políticas.
El nuevo dirigente andaluz también reclamó a los suyos comprensión para los cambios que quiere acometer tanto en el PSOE como en el Gobierno. Lo hizo incluso en un discurso pronunciado antes de la votación, contra lo usual. «Ojalá pudiera contar con todos vosotros en la ejecutiva, no es fácil», advirtió horas antes de comenzar la ronda de conversaciones con los secretarios provinciales para escucharles sus propuestas para la nueva dirección, pero sobre todo para explicarles las suyas propias.
El alto porcentaje de respaldo de su partido puede interpretarse también como un aval sin condiciones a los cambios que el nuevo secretario general piensa acometer, tanto en el partido como en el Gobierno. Todos daban por hecho ayer en el cónclave socialista que Griñán anunciará en los próximos días una remodelación de Gobierno en la que por ahora sólo se conoce con certeza la salida de Rosa Torres, que hoy resultará elegida presidenta regional del PSOE.
Los socialistas han aceptado adaptarse a los cambios que quiere Griñán imprimir a su partido, lo cual no evitó malas caras y tensiones, sobre todo de los más allegados a Chaves, que en este congreso ven definitivamente perdida su cuota de poder e influencia en el partido. Es una nueva época para un partido atenazado por la crisis y por los malos augurios electorales. Circunstancias que también han sido determinantes para que incluso los que se van con Chaves hayan hecho de tripas corazón. El congreso, no obstante y pese a las apariencias de transición tranquila, ha dejado patente la frialdad en las relaciones entre Griñán y Chaves. Éste sólo mencionó al presidente de la Junta y sucesor en el PSOE andaluz al final de su discurso de despedida y de forma breve.
Griñán, que en su alocución reivindicó los logros históricos de su partido, con menciones a Rafael Escuredo, Felipe González y al propio Chaves, dio espacio a la autocrítica y a superar las equivocaciones del pasado. Mencionó incluso la pérdida de apoyos electorales en los núcleos urbanos como asignaturas pendientes. «No soy de los que piensan que cualquier tiempo pasado fue mejor. Esa actitud es incompatible con el socialismo. Somos críticos y, si dejáramos de serlo, perderíamos nuestra identidad».
Luego remató esta idea: «Pienso y necesito creer que el tiempo futuro será mejor». Para ese futuro, lema de este congreso extraordinario, Griñán apuesta por dar espacio a las nuevas generaciones en equilibrio con las viejas, reclamó a su partido un mayor esfuerzo en comunicación y, sobre todo, defender y creer en Andalucía.
En este sentido, arremetió contra el principal partido de la oposición, al que llamó el partido de «las contrarreformas». Sobre el PP, Griñán dijo que no cree en Andalucía. «Ahora quieren coger la bandera de Andalucía, cuando siempre se negaron a cualquier progreso y al avance de nuestra tierra».
En su estreno como líder del PSOE andaluz, Griñán contó con el aval de la cúpula socialista, representada por José Blanco y Leire Pajín, quienes elogiaron la personalidad del presidente de la Junta. Pajín lo reconoció como uno de sus maestros en sus primeros años de diputada. Felipe González y Cándido Méndez fueron otros dos pesos pesados arropando a Griñán.