El autor se mostró muy cariñoso con una ciudad a la que visita desde hace 20 años. :: ANTONIO VÁZQUEZ
Sociedad

Directo a la escritura

El novelista e historiador hispanoargentino Horacio Vázquez-Rial repasa su obra en las Presencias Literarias

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Dice que se encuentra en un limbo biológico, a sus sesenta y pocos. Un hastío hacia las historias de izquierda y derecha, un amago de desencanto hacia la humanidad, a los discursos cálidos y complacientes. Sensaciones que empiezan a pulular cuando avanza la existencia, que se vuelve descreída y cambia planteamientos y actividades.

Una que no ha abandonado Horacio Vázquez-Rial, es la costumbre de escribir, de vociferar lo que piensa, de encadenar palabras para contar historias. Ayer, en las Presencias Literarias que promueve la Universidad de Cádiz, ofreció varias y diversas.

Presentado por Ana Rodríguez Tenorio, este originario de Buenos Aires, «gallego por los cuatro costados», explicó algunos momentos claves por los que ha atravesado su carrera profesional. El primer hito se produjo en 1986 con la novela 'Historia del Triste', finalista del Premio Nadal. «Era mi cuarta novela y supuso un cambio en la forma de narrar, pasé a construir relatos con una voz omnisciente», explicó el autor, que despertó de un viejo sueño con otra obra, 'Frontera Sur'. Con la imagen de su familia, emigrantes gallegos en Argentina, de fondo, Vázquez-Rial confeccionó esta novela y sirvió de inspiración para otra, el tercer gran momento de su trayectoria, la historia del músico y militar republicano Gustavo Durán contada en 'Soldados de Porcelana'.

Próxima obra

Fueron punto de inflexión en su manera de escribir y en su pensamiento político y vital. «Hasta entonces era un comunista sectario, pero cuando empecé a descubrir la verdad sobre la Guerra Civil cambiaron muchos de mis planteamientos. Siempre ha sido la literatura, y al revés, la que ha modificado mi forma de pensar», explicó el escritor y articulista.

Como la realidad de su patria de nacimiento, reflejada en 'El camino del norte', (Premio La Otra Orilla 2006) y 'La capital del olvido' (Premio Fernando Quiñones 2003). «Son complementarias, surgió de los mismos personajes. Una tiene que ver con la Argentina opulenta y otra con un país decadente. Quise reflejar cómo se ve un país en el que el dinero no vale y en el que existe un vacío de poder», contó el hispanoargentino.

En Cádiz se siente como en casa, comenta haber venido regularmente durante los últimos 20 años, por eso respondió simpático y divertido al fiel público de las Presencias Literarias. Después, quizá para dar un paso más y salir de ese «limbo en el que me encuentro», seguirá trabajando en la escritura de su última novela, 'El último hombre lobo'.