Emilio Aragón posa durante la presentación de su filme. :: EFE
Sociedad

«Ser artista es una montaña rusa»

Milikito aparca su pluriempleo y debuta como director con una película sobre cómicos en tiempos duros Emilio Aragón Director de 'Pájaros de Papel'

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Escuchar a Emilio Aragón (La Habana, 1959) hablar en primera persona de uno de sus proyectos profesionales es muy complicado. «Nosotros queríamos...»; «hemos intentado que ...» son las frases que utiliza para explicar su trabajo. Sacarle una frase medianamente polémica, eso ya es imposible. Seguramente por eso ha llegado al lugar que ocupa en sector audiovisual español.

Artista polivalente, lo mismo compone música que interpreta monólogos, y ahora da el salto al cine y presenta su primer largometraje, 'Pájaros de papel', en el que narra las penurias de una familia de cómicos dañados por la época que les tocó sufrir.

-¿Todavía se tienen nervios de madre primeriza con su experiencia?

-Los nervios nunca se van. Te voy a contar una anécdota que viví con Amparo Baró. Hará unos tres años, estábamos haciendo monólogos y antes de salir al escenario, Amparo iba y venía de un lado para otro hablando sola: «¿Quién me mandaría a mí meterme en este jaleo?», decía. Cuando me ve hace un gesto para explicarme que en realidad no pasa nada y sale al escena. Al termi- nar, regresa donde yo estaba y me dice: «¿Cuándo vuelvo a hacer un monólogo de estos? Estoy encantada». Esta profesión es una montaña rusa de emociones. Hay artistas que pagarían por la sensación que se tiene el día anterior al estreno. Se concentran tantas energías que eso es por lo que estamos aquí.

-¿Le ha costado pasar al otro lado de la cámara?

-Se nota mucho cuando alguien te está sosteniendo y yo he sido muy afortunado. También ayuda tener muy claro de entrada lo que se quiere contar.

-Lo llevaba todo bien atado.

-Tenía bastante interiorizada la historia, pero un rodaje es algo vivo, nunca se acaba. Abandonamos el rodaje, porque si por uno fuera estaríamos toda la vida rodando.

-¿Se podría haber ambientado en

otro país y evitar el cansino mar

de fondo político que acompaña cualquier proyecto en este país?

-¿Para qué? La historia es la que es y nadie la va cambiar. Han pasado ya los suficientes años y la gente no tiene problemas. El que los tiene es por temas de extremismo. Es difícil decir en dos líneas de qué va la película. No va sobre la Guerra Civil, sino sobre personas capaces de regenerarse a pesar del dolor. Quiero pensar que el guión es un microcosmos de cosas que vivimos.

-Ha escrito el guión, dirige y ha compuesto la música... Sólo le faltaba actuar.

-Hubiese sido demasiado, hay gente que actúa infinitamente mejor que yo. Un amigo me propuso hacer un cameo, pero actuar es algo muy serio. Al principio sólo quería escribir el guión con Fernando Castets, y dárselo a otro. Luego la cosa se fue encauzando y acabé con la idea de dirigirla.

-El reparto es de primera fila.

-Es genial, gente consagrada y generosa como Imanol Arias, Lluis Homar, Carmen Machi... y chicos que empujan como Oriol Villa y Diego Martín.

-Cuando Amenábar dirige y compone le llaman genio. ¿Crees que

recibirá el mismo reconocimiento?

-He intentado hacer el trabajo con total humildad y absoluta honestidad y punto. En esta profesión, quiero pensar que en todas, nunca se deja de aprender y el público y la creatividad son una caja de sorpresas. Me encantaría que le gustase tanto al público como al entendido, y que me guste también a mí.

-¿Volveremos a verle en la piel de un personaje?

-Salvo por dos cositas que me pidieron mis socios, llevo diez años sin actuar y la verdad me divierte más estar detrás de la cámara, en el proyecto creativo. Estamos dándole vueltas a un segundo guión y nos encantaría hacerlo.

-¿Para cuándo un disco de jazz?

-Me encantaría, aunque no encuentro el hueco. Lo hago en fines de semana, pero tienes razón, quiero hacer una inmersión absoluta en esa música y para eso tengo que desconectar y escaparme a EE UU.