Color, fusión, frescura, inspiración y descaro a cargo de Los Delinqüentes

Lo suyo no es fusión, sino 'infusión'. Lo dicen los protagonistas, empezando por Marcos del Ojo, alias el canijo, barbudo y descarado, que celebró ayer la unión «natural» con Tomasito, otra figura irreverente, encima y debajo del escenario. 'Garropatomaseando', han bautizado el espectáculo indefinible que llevarán esta noche a la Sala Paúl. Los Delinqüentes insistirán en el show colorido, a medio camino entre el concierto y el vodevil, con el que están rodando en directo 'Bienvenidos a la época iconoclasta'. Tomasito, por su parte, retoma el sonido eléctrico y ecléctico de 'Y de lo mío ¿qué?'.

El grupo de Jerez vuelve a presentar en la ciudad el disco con el que retornaron al panorama musical después de cuatro años de silencio. «Estábamos locos por incordiar», explica Del Ojo. «En este periodo de silencio nos ha pasado de todo. No hemos dejado de acumular anécdotas, desde encontrar a un ex presidente del Gobierno en el tren («Quillo, no veas cómo te pareces a Felipe González»; «Ya, es que soy yo»), hasta viajar con un inmigrante sin papeles en la 'furgo', que les ayudaba a vender camisetas en los conciertos, e incluso ser expulsados de Rabat por enseñar cariñosamente el culo en directo, «con el consiguiente cabreo del Partido Islamista». «Todo ello sin dejar de escribir canciones».

Muchas de ellas estarán en su concierto de hoy. «Por primera vez tenemos temas sin guitarra española. Siempre hemos hecho rock and roll, pero ahora sí que le hemos quitado el polvo a la Strato y nos ha alegrado el alma». En su propuesta hay de todo: «Desde el rockabilly polvoriento inicial, al rock patanegrero con gotas de Keith Richards, pasando por las colaboraciones de Kiko Veneno y Leiva, de Pereza, a los coros».

En las mismas, Tomasito, el hombre que una vez le preguntó a Lola Flores: «Maestra, ¿yo que debo hacer?». La respuesta fue directa: «Tomás, tú haz lo que te dé la gana». Ésa, hasta el momento, ha sido su máxima.