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Un fracaso 'megagaláctico'
El conjunto blanco volvió a dar ante el Olympique la imagen de un equipo menor y Pellegrini quedó sentenciado El Madrid se despidió por sexta vez consecutiva de la 'Champions' en octavos
MADRID. Actualizado: GuardarEl Real Madrid firmó un fracaso 'megagaláctico' en la competición que marca la verdadera diferencia entre los grandes y los pequeños. Por sexta temporada consecutiva se despidió de la Copa de Europa en los octavos. Adiós a la final del Bernabéu del 22 de mayo, y adiós a los 252 millones gastados por Florentino para intentar que el Madrid recuperase el prestigio perdido ya hace más de un lustro en Europa. Todo un proyecto al garete. Un batacazo de considerables proporciones. Toda la ilusión del madridismo, al traste, rota por un rival que no es nadie en el continente.
El Madrid volvió a dar la imagen de un equipo menor y Pellegrini quedó sentenciado para el próximo curso. Antes fueron el Mónaco, la Juventus, el Arsenal, el Bayern, la Roma y el Liverpool. Ahora el Olympique de Lyon, que dio un paso de gigante en su estadio y también maltrató al Madrid en el Bernabéu, con una lección de fútbol y carácter en la segunda mitad. La gran primera parte del Madrid no se reflejó el goles, y tras el descanso el Olympique dio un repaso absoluto al poderoso. Antes también fue el 'Alcorconazo'. Este Madrid aún puede ganar la Liga, pero de este golpe será muy difícil levantarse. Sin olvidar que este equipo de tanta estrella pero que carece de carácter de bloque, nunca ha dado la talla esta temporada en los momentos decisivos.
Ya no tiene ni suerte, como se demostró en la primera parte, porque se quedó corto el 1-0 con el que se llegó al descanso para los méritos del Madrid. Con el mejor once posible, muy ofensivo, con las ausencias de los sancionados Xabi Alonso y Marcelo, un poste y un par de paradas de Lloris impidieron que los blancos remontasen la eliminatoria en menos de media hora. Concienciado de lo muchísimo que estaba en juego, el Madrid imprimió un altísimo ritmo desde el pitido inicial.
Fue Guti, que se olvidó en 45 minutos de la apatía y se pegó una paliza también recuperando balones, el autor de la asistencia a Cristiano cuando el Bernabéu empujaba de lo lindo, convencido de que a este Olympique echado atrás y asustado ante la presión local no iba a durar mucho. A la segunda oportunidad cayó el gol.
Fallos ante la portería
A partir de ahí, el fútbol y las ocasiones no fructificaron. En esa primera parte de un solo color abrió mucho y bien el campo el Madrid, El Lyón sólo asustó un par de veces en ese primer tiempo en el que se impusieron el fútbol y el físico madridistas, pese al poder del músculo francés.
Cambió por completo el choque en la reanudación, porque Claude Puel reforzó la medular, retrasó a Toulalan de central y adelantó las líneas, y mientras se relanzó físicamente el Olympique, el Madrid se apagó. No dejaron respirar los franceses a los blancos, agobiados por la presión visitante de un equipo superatrevido. No quería el Madrid un duelo loco de ida y vuelta, pero lo tuvo durante varios minutos porque fue el Olympique el que pasó a dominar. Así llegaron, en sólo seis minutos, tres ocasiones clarísimas del Olympique, una de ellas frustrada por un paradón de Casillas a disparo lejano de Lisandro.
Desapareció el Madrid. No tuvo paciencia ni dio un paso al frente. Las piernas no le iban y las cabezas mucho menos. Y tanto rondó el gol que en una gran triangulación entre Delgado, Lisandro, con la aciaga colaboración de Arbeloa, rematada por Pjanic. Pese al toque de corneta final, al Madrid le pudo la ansiedad. Y todavía pudieron caer más del Lyón. Vergüenza madridista.