Los soldados destinados en Irak rechazan 'En tierra hostil'
El Ejército y los veteranos repudian la cinta de Bigelow, triunfadora de los Oscar, porque les muestra como suicidas
Actualizado: GuardarLa memoria de las guerras la conforman las películas. Las trincheras de la vieja Europa son en blanco y negro, como 'Senderos de gloria'; en el desembarco de Normandía aparece el soldado Ryan; Vietnam flota entre los vapores lisérgicos de 'Apocalypse Now'. A veces, los autores del relato aportan su propia experiencia, como Oliver Stone, quien no necesitó asesores en 'Platoon': el director sirvió a los 19 años en el Sudeste asiático y ganó la Medalla al Valor y el Corazón Púrpura por su bravura en combate. 'En tierra hostil' muestra al mundo qué hace el Ejército estadounidense en Irak. El filme ha conquistado a la crítica y al público, pero sus auténticos protagonistas, soldados y veteranos, asisten indignados a la entronización de Kathryn Bigelow en los Oscar.
Ello saben que Hollywood puede más que la CNN en el sentir popular. «Con menos del 1% de la población americana sirviendo en Irak y Afganistán, el otro 99% conocerá cómo es la realidad de las modernas técnicas de combate gracias a las películas», reconoce en la revista 'Newsweek' PaulRieckhoff, presidente de la Asociación de Veteranos de Irak y Afganistán. «'En tierra hostil' intenta mostrar las vivencias de los soldados, pero sus inexactitudes revelan no sólo una falta de investigación, sino, en último término, una falta de respeto para los militares norteamericanos».
Algunos de los miembros de la EOD (Explosive Ordinance Disposal), la unidad cuya rutina sigue la cámara de Bigelow, no se sienten representados en pantalla. «Vi la película con otros compañeros y no hacíamos más que reírnos en las partes en las que nadie lo hacía», recuerda en 'Los Angeles Times' el sargento Eric Gordon. La escena en la que el protagonista desactiva una bomba con un cúter y unas tenacillas «es como ver a un bombero entrar en un edificio en llamas con un bote de spray».
Otro miembro de la EOD, Jeremy Phillips, destinado en la provincia iraquí de Maysan, abomina del instinto suicida del sargento James (Jeremy Renner), que prescinde de protocolos y órdenes de los superiores cuando se juega la vida ante una mina: «Mi interés y el de mi equipo es llegar a casa vivo y con todas las extremidades en su sitio. No vamos de John Wayne y de todo ese rollo vaquero». Tom Tarantino, otro oficial de la EOD curtido en las calles de Bagdag, se salió de la sala cuando la patrulla de artificieros acude a una misión sin apoyo. «Verles llegar a un sitio no seguro con enemigos acurrucados en las esquinas superó mi suspensión de la incredulidad hasta quebrarla».
El Ejército parece olvidar que Kathryn Bigelow no rueda documentales, sino ficción. Cuando el periodista 'freelance' y guionista Mark Boal le relató su experiencia 'empotrado' en la EOD vio una película. «Supe que había dado con una buena historia cuando me contó que esos hombres son voluntarios, se prestan a poner su vida en peligro».