José Miguel Martínez, en su despacho del juzgado. :: LA VOZ
Jerez

El juez de menores alerta de un brote de machismo entre las adolescentes

José Miguel Martínez pone como ejemplo los casos de grupos de chicas que pegan palizas «ocupando el sitio del macho»

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El juez de menores de Jerez, José Miguel Martínez, advirtió ayer de un rebrote de machismo en las menores de edades aproximadas a los 15 y 16 años, así como un aumento del maltrato hacia los padres, fundamentalmente de las niñas a las madres, «por motivos sin consideración».

El magistrado, que participó en Córdoba en un encuentro sobre perspectiva jurídica y social de los menores del siglo XXI, explicó que hay grupos de niñas que actúan pegándole una paliza a otra, por lo que «están ocupando el sitio del macho, asumiendo el papel del liderazgo de un grupo con prácticas que han sido siempre de los hombres». Desde su punto de vista, el problema está en que no se hace nada en las edades primeras y hay que difundir valores, siendo uno básico el de «asumir cada uno su género, desempeñar el papel que le corresponde y no ocupar el del otro».

Por ello, opina que «la verdadera razón de estas cuestiones es el poder», teniendo en cuenta que ahora «las mujeres están ganando terreno y los hombres se resisten a dejar de ser el que manda». De igual modo, apuntó que la violencia en el ámbito familiar «es cada vez más frecuente» y un delito progresivo en cuanto a la gravedad en los hechos porque, por ejemplo, «de la torta se ha pasado al cuchillo».

«Estamos en una escala ascendente -aseveró- y estamos avisando de este hecho, por lo que es necesario tomar medidas en las familias y en el colegio». Al respecto, consideró que «no se puede estar negando que existe acoso escolar», como se está negando deliberadamente, ya que los centros tratan de ocultarlo y no se quiere abordar el problema porque «no interesa».

Además, otro problema que se está dando mucho, especialmente en la provincia de Cádiz, es el reguero de conflictos con los menores inmigrantes irregulares procedentes de Marruecos que son llevados a un centro de protección para menores desamparados.

La situación se da cuando estos niños no están acostumbrados a que una mujer les ordene, por lo que en muchas ocasiones llegan a insultar a la educadora. Y es que, por ejemplo, en el centro de Jerez Manuel de Falla, el 90% son niños procedentes de Marruecos, que llegan a estos centros abiertos en los que se les da dinero, que ellos utilizan para comprar pegamento y esnifar.

Personal poco preparado

Martínez explicó que el personal que trabaja en ese centro tiene una formación para tratar con niños españoles que no han cometido ningún delito, mientras que «se están encontrando con jóvenes de 15 ó 17 años que se han atrevido a cruzar el Estrecho debajo de un camión o colgados en un barco», por lo que «el personal no está preparado y ésa es la razón de que los conflictos sean continuos».

En ese sentido, cuando tienen algún altercado con uno de estos trabajadores, él decide meterlos en un centro de reforma, a pesar de que se trata de hechos que si fueran cometidos por un español no actuaría así, pero hay que tener en cuenta que si los deja en libertad vigilada y los pone en la calle «los hecho al robo», aclaró.

No obstante, preguntado por si cree necesario una rebaja de la edad penal, respondió que si se quiere modificar es necesario hacer estudios, aunque subrayó que «la inmensa mayoría de los jueces y fiscales de menores están de acuerdo en que ya es suficiente con los 14 años», ya que «si un niño de diez años comete una barbaridad, no es un delincuente, sino un irresponsable porque no sabe exactamente cuál es la trascendencia de lo que ha hecho».