«Los actores siempre terminamos 'Piaf' llorando»
Elena Roger ha sido elegida mejor actriz de musical en Londres por su papel en la obra
BUENOS AIRES. Actualizado: GuardarEs difícil que Elena Roger pierda los papeles. Últimamente, hasta se los dan sin hacer siquiera castings. Pero aún es más improbable, por enojada que éste, que suelte un grito. Su médico se lo prohibe. También hablar por teléfono y las conversaciones de más de media hora. Cuida de manera obsesiva su voz, consciente del tesoro único que tiene amarrado con sus cuerdas vocales. Gracias a él fue elegida el año pasado la mejor actriz de musical en Londres. -¿De dónde le viene la voz?
-Mi papá tenía muy buena voz, pero no ritmo. Y a mamá le faltaba oído. No había músicos en casa.
-¿Cuándo empezó a cantar?
- A los quince años empecé a cantar y a tomar clases particulares. Pero fue en 1995 cuando ya trabajé profesionalmente en comedias musicales que venían del extranjero.
-No obstante, el definitivo salto a la fama llega cuando la eligieron para protagonizar 'Evita' en Londres. Sin saber inglés...
-Sabía el inglés del colegio, pero los del casting no me entendían porque mi pronunciación tenía mucho acento. Les pedí que me dieran un mes para mejorarlo pero fueron a EE UU a buscar otros candidatos.
-Pero se quedaron con usted...
-Sí, me volvieron a llamar para medirme con chicas americanas y ahí fue cuando me gané el puesto.
-Para 'Piaf ' no lo tuvo más fácil...
-En absoluto. También se iba a estrenar en Londres: hablando en inglés y cantando en francés. Fue un trabajo tremendo. Después de los ensayos, me quedaba un par de horas para el francés. Una profesora de canto me grabó las pronunciaciones de las canciones y luego un nativo me escuchaba y corregía.
-¿Por qué los españoles no deberían perderse 'Piaf'?
-En una hora y cuarenta, revives toda la vida de Piaf, sus canciones y disfrutas de una forma moderna de contar una historia, es muy rápida y muy emotiva. Sus intérpretes terminan siempre llorando. Además, no acaba de ser un musical. Tiene casi más teatro.
Obsesión por la voz
-Pero la parte vocal es clave. Usted cuida su voz hasta la obsesión.
-Cuando era joven, no la cuidaba y tuve problemas. Hasta que me di cuenta de que hacerlo no era un signo de debilidad: muchos cantantes no hablan en todo el día.
-Usted apenas habla tampoco...
-Trato de no hablar mucho durante el día y de no conversar por teléfono. Me manejo mucho por mail. Es muy raro que dé una entrevista de más de media hora. Tomo mucha agua y trato de hacer ejercicios de respiración.
-¿No es un poco exagerado?
-Cuando no tienes reemplazo en la obra y has de responder a tus productores y al público...
-¿Se ha planteado qué haría si un día se despierta sin voz?
-Pues tendría que ver a dónde voy. Lo que sí he aprendido es que el trabajo, que antes eran mi única meta, no es lo único para vivir. Sobre todo tras el accidente cerebrovascular de mi padre hace ocho años, vi que hay otras muchas cosas en la vida, y que no debemos obsesionarnos por el dinero ni por comprar.
-Sigue viviendo en el mismo humilde barrio de Buenos Aires donde nació hace 35 años.
-Me gusta el barrio y estar a cuatro cuadras de mi madre es una gran comodidad. Además, no necesito demasiado para vivir. Para que me lleves de compras, me tenéis que poner un revólver en la cabeza.
-¿Y si ahora le surgiera la posibilidad de quedarse en España?
-Me gusta muchísimo Madrid. Pero creo que, hasta ahora, mi sitio para vivir es Buenos Aires .
-¿En qué sueña Elena Roger?
-No me pongo límites. Pienso que el destino me trae cosas que yo nunca hubiese imaginado y ya está. Después de 'Piaf', vamos a Londres a hacer 'Passion', también un papel dramático. Además, me encantaría enseñar, seguir mejorando, escribir, tener mi casa, mi huerta, mi lugar de respiro fuera de todo. Y formar una familia.
-Usted no nota la crisis. Ni en Londres ni en Buenos Aires dejó una entrada sin vender.
-Aunque estamos siempre en crisis, Buenos Aires es una de las ciudades con más plazas de teatro. A veces, las crisis son mejores para el arte. Si hay comodidad, uno vive en comodidad; si no tiene comodidades, busca mejorar, tirar haca adelante.