El rescate de los barcos atrapados en el Báltico se prolongará varios días

Pese a que en la zona faenan por lo menos cuatro rompehielos, la situación en el mar Báltico, en la vía de paso entre los puertos de Turku (Finlandia) y Estocolmo (Suecia) a través de las islas Aland, aún es complicada. La acumulación de placas de hielo de gran espesor arrastradas por viento huracanado mantiene paralizado el tráfico marítimo. Casi todos los barcos de pasajeros han sido ya liberados, pero continúan atrapados más de treinta navíos, en su mayoría cargueros.

El problema surgió casi de repente el jueves. Con antelación, los servicios meteorológicos habían advertido de que el viento y el intenso frío podrían obstaculizar la navegación en el golfo de Botnia. Los avisos fueron ignorados y el resultado fue medio centenar de buques aprisionados por el hielo, entre ellos los transbordadores de pasajeros, 'Amorella', 'Finfellow', 'Isabella' y 'Regal Star', con varios miles de personas a bordo.

El 'Amorella' y el 'Finfellow' llegaron ayer por fin a puerto con casi un día de retraso. Pero antes colisionaron entre ellos durante la maniobra para escapar del agua congelada. El incidente no causó daños de importancia, pero sí unos minutos de pánico entre los pasajeros, cuando se les pidió a través de la megafonía que se trasladaran inmediatamente a la popa del barco. Según la naviera Viking Line, propietaria de dos de los transbordadores bloqueados, los viajeros no estuvieron en peligro, ya que en el interior de las embarcaciones no faltaron en ningún momento ni la calefacción, ni la electricidad ni las provisiones.

En manos del tiempo

La Agencia Marítima de Suecia anunció ayer que el rescate del resto de los navíos podría llevar días, si no mejora el tiempo. Por el contrario, si amaina el viento y se suavizan las temperaturas, el problema podría quedar resuelto hoy mismo. De momento, la sueca Viking Line ha suspendido las travesías.

La finlandesa Silja Line, la otra gran naviera que cubre las mismas rutas, ha cancelado todos los trayectos cortos, pero mantiene los recorridos que evitan el á rea afectada por los hielos, por ejemplo, entre Helsinki y Estocolmo, cuyo itinerario discurre un poco más al sur del país.