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Aplausos y emoción en la salida de Puerto II
EL PUERTO Actualizado: Guardar«¡Ahí vienen, ahí vienen!». Un barullo de personas se arremolinaba a las ocho de la noche en la garita de acceso a la cárcel de Puerto II. Se mezclaban los familiares y amigos de Juan Luis y Juan Pedro Galán, los trabajadores de sus clubes de alterne y una decena de periodistas del corazón y de la prensa local. Pero era una falsa alarma, aún quedaba media hora hasta que los siete imputados en prisión salieran en libertad. Mientras, cualquier movimiento en la fachada del edificio de enfrente ponía a todos en alerta. Llevaban ya cuatro horas haciendo guardia ante el centro penitenciario. Toda una tarde, en la que se sucedieron los abrazos de ánimo y de enhorabuena bajo la lluvia. «Gracias doctor», felicitaba el vigilante de un prostíbulo, de origen sudamericano, a uno de los abogados de la familia, que ayer también se abrazaban entre sí. «Ahora sólo siento mucha alegría, imagínate», afirmaba José, hermano de Juan Luis, que recordaba «lo mal que lo ha pasado ahí dentro» el mayor de los Galán. «No hay derecho a que le hayan hecho esto, ha sido todo una estupidez», aseguraba la novia de Juan Pedro. Entre la concurrencia se encontraba también Rocío Galán, que fue el objetivo de las cámaras de la prensa del corazón, aunque amablemente se negó a hacer declaraciones. «Esta vez sí, esta vez sí». Y era verdad. Cuatro de los siete imputados recorrían despacio el centenar de metros que separan la cárcel de la garita, mientras sus familiares le aplaudían y gritaban. «¡Son buenas personas!». Ya en la valla de acceso, la tensión y las emociones se desbordaron, tanto que Juan Luis Galán -cabizbajo y muy debilitado - sufrió un desvanecimiento. Algunos amigos intentaron que los periodistas se apartaran del acceso, precipitando la salida de los Galán, entre abrazos y besos, eso sí, arrancados por sus amigos a la carrera.