LAS REFORMAS
Actualizado: GuardarNadie se pone de acuerdo en el reformatorio. Lo que propone la CEOE no sólo no le gusta al Gobierno y a los sindicatos, sino que les indigna por igual a ambos. No es fácil, después de tantas reuniones y de un consumo tan alto de agua mineral etiqueta negra llegar a una conclusión que repudien todos. Un despido más ágil y más barato y un contrato temporal para menores de 30 años con bajo salario sólo pueden entusiasmar a algunos señores mayores de 50 que no teman ser despedidos. Para prometerle esas cosas a los muchachos que buscan empleo no sólo hace falta ignorar el peso de la cruz que soportan, sino tener mucha cara.
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, acaba de vetar una propuesta del Partido Popular consistente en forzar por ley un ajuste duro del gasto económico. Todos los ajustes son duros, por mucha retórica tierna que se utilice en los discursos. Los españoles no hemos entendido aún que para salir de la crisis sólo hay una solución: vivir peor que antes de que apareciera. Nos habíamos acostumbrado a sobrellevar con admirable entereza los buenos tiempos. Cuando estábamos habituados al derroche, nuestros mal llamados político nos dicen que hay que apretarse los cinturones y no se les caen los pantalones ni las faldas de vergüenza. «Parece que alguien estuviera trabajando para dinamitar el proceso de reforma laboral», ha dicho el muy comedido dirigente de CC OO Ignacio Fernández Toxo. Un señor de excelentes modales, que ha inventado un cóctel con la misma proporción de pólvora que de miel y que sienta mejor para el hígado que para el estómago. La patronal ha retirado su contrato 'basura' para los jóvenes ante el rechazo general. La propuesta no se hizo en buen momento y habrá que esperar otro más adecuado. Mientras, la basura seguirá en la calle. Y los jóvenes.