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Bronca, desaires y reunión imprevista
Cierran el acuerdo tras un rifirrafe que terminó con el presidente dando la espalda al líder del PP cuando le iba a dar sus propuestas en la Cámara Griñán y Arenas pactan una serie de medidas anticrisis a las que se sumará IU
Actualizado: GuardarTodo ocurrió en menos de una hora, de forma improvisada y sorprendente. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, y el líder del PP-A, Javier Arenas, acordaron ayer abrir una mesa de negociación sobre medidas contra la crisis y el paro en una reunión sin programar en el despacho que el jefe del Ejecutivo tiene en el Parlamento. El encuentro se produjo tras un debate tenso en la Cámara en el que ambos dirigentes se cruzaron reproches sobre la disposición de uno y otro al consenso y que acabó con Griñán dándole la espalda al líder popular cuando este se dirigía a su escaño a entregarle en mano sus propuestas contra la crisis. Fue el punto álgido de un Pleno bronco, como los ha habido otras veces, pero que esta vez acabó en una reunión imprevista que dará pie a sentar en la misma mesa a representantes del PP, de la Junta y del PSOE para poner en común sus iniciativas para levantar la economía en Andalucía. Tras reunirse con Arenas, Griñán llamó a Diego Valderas y le invitó a sumarse a la negociación. El líder de IU-CA, que en el debate dijo que prepara una propuesta con cien medidas, aceptó la oferta.
Nada hacía presagiar este desenlace al comienzo de la sesión de control al Gobierno. En su intervención, Javier Arenas cargó contra el Gobierno central, volvió a recordar el millón de parados en Andalucía, reclamó un plan de empleo para esta Comunidad, criticó la actuación de la Junta en las inundaciones y sacó a colación la 'deuda histórica' para anunciar que Zapatero le ha negado una entrevista en La Moncloa sobre este tema alegando en una carta que «no lo ve conveniente». El dirigente popular reprochó entonces a Griñán que tampoco él le recibía para hablar de la crisis, pese a habérselo pedido. «La única condición para el encuentro es que no quiero fotos, sino soluciones para Andalucía», advirtió.
Nada más comenzar su intervención, Griñán espetó a Arenas: «En cuanto termine el Pleno le recibo en mi despacho». El presidente agregó que era la primera vez que el líder del PP-A le solicitaba una reunión. En su réplica, Javier Arenas insistió que hacía quince días que le había pedido la entrevista y para corroborar que tenía «los deberes hechos» le mostró un dossier con sus medidas contra el desempleo. «Cuando termine se lo deposito en su escaño y me manda sus propuestas cuando quiera y las discutimos».
Esa era su intención, pero Griñán lo vio venir y dio un quiebro al desenlace del singular gesto de Arenas con otro no menos sorprendente. Nada más cerrar el debate con el líder del PP, Griñán se levantó de su asiento y se fue hacia la puerta del salón de plenos justo en el momento en el que Arenas se dirigía a su escaño con el dossier en la mano.
«Las fotos las elijo yo»
Los diputados socialistas y populares se enzarzaron en un vocerío de reproches que a duras penas pudo hacer callar la presidenta de la Cámara, Fuensanta Coves. Saliendo del hemiciclo, Griñán espetó: «Las fotos las elijo yo», en referencia a que el gesto de Arenas tenía, en su opinión, la intención de lograr una instantánea para la prensa. A renglón seguido retó a Arenas a subir a su despacho si quería entregarle su documento con las medidas.
Y el presidente del PP andaluz subió las escaleras hasta el despacho del presidente. Por el camino criticó la espantada de Griñán, que tildó como un gesto de «soberbia y desprecio sin límite» y que él dijo no haber visto nunca en treinta años de democracia.
La reunión, en la que Arenas estuvo acompañado de los portavoces Antonio San y Esperanza Oña, y Griñán del consejero de Presidencia, Antonio Ávila, duró veinte minutos. A su término, Arenas manifestó que el encuentro había sido «educado y hasta cordial» y que Griñán no le había pedido disculpas por no haberle esperado en su escaño. El dirigente del PP sí se lo reprochó. «Se sonrió cuando se lo dije», contestó a los periodistas.
Tras entrevistarse con Valderas y el portavoz socialista, Manuel Gracia, José Antonio Griñán salió al pasillo delante de su despacho y declaró a los periodistas que no le parece serio que Javier Arenas «diga que no quiere fotos, le cite en mi despacho y que lo primero que haga es querer hacerse una foto dejando sobre mi escaño un papel». Previamente, Antonio Ávila dijo que no entendía que Arenas tildase de soberbio a Griñán cuando «el presidente le espera en su despacho».