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Taurinos vs antitaurinos
La cámara catalana inicia el debate sobre la ley que persigue abolir las corridas en Cataluña
BARCELONA. Actualizado: GuardarLas instituciones catalanas tienen «ansias aniquiladoras». Con esta contundencia se dirigió Salvador Boix, apoderado del torero José Tomás, a los diputados catalanes que ayer asistieron al comienzo de la ronda de comparecencias del debate sobre la abolición de los toros que se tramita en el Parlament catalán.
Tras la aceptación en diciembre de que la iniciativa legislativa popular para prohibir las corridas podía seguir su curso parlamentario, toreros, apoderados, filósofos, escritores, intelectuales y científicos, unos a favor de la prohibición y otros en contra, comparecieron para expresar su opinión ante la comisión de medio ambiente. Se prevé que sobre el mes de mayo o junio, los grupos políticos catalanes deberán votar si la única plaza de toros que hay en Cataluña, la Monumental de Barcelona, puede seguir programando festejos taurinos en los que se mate al animal.
«Soy hijo de Banyoles y me gustan los toros», dijo Boix, el primero que subió al estrado parlamentario y también el más efusivo. «Ser aficionado a los toros en la Cataluña de hoy supone acarrear la cruz de vivir en la semiclandestinidad y verse obligado a hacer actos de militancia o resistencia contra la ansia aniquiladora de las diferentes instituciones catalanas», señaló.
«¿Están ustedes dispuestos a prohibir también en Cataluña, un día después de hacerlo con los toros, la caza del jabalí o la pesca deportiva con muerte o sin muerte?; ¿están ustedes dispuestos a prohibir las granjas de pollos que sirven para hacer foie?», inquirió el hombre que dirige en la sombra a Tomás, el único torero que hoy por hoy está capacitado para llenar el coso barcelonés.
Arte
Debate enconado y que ha divido a la población y a los partidos (PSC y CiU tienen diputados pro y antitaurinos) el asunto de los toros encuentra pocos puntos en común entre los que están a favor y los que están en contra. Uno de los posibles puntos de encuentro, planteado por movimientos animalistas, sería el de organizar corridas en las que no se matara al animal. Los taurinos también rechazaron esta posibilidad, ya que se desnaturalizaría esta disciplina.
Entre los que se oponen a los toros, el científico Jorge Wagensberg, que rechazó los toros desde un plano ético-moral. «Los toros no son éticos porque el dolor surge en la evolución de los seres vivos precisamente para evitar la muerte», dijo. Y con una banderilla y un estoque en la mano, concluyó: «¿Estos instrumentos duelen? Claro que duelen, no es admisible un espectáculo basado en el sufrimiento de un animal».