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Guerra de religiones en Haití
Actualizado: GuardarA perro flaco todo son pulgas. Cuando los desaparecidos por el terremoto de Haití se cuentan todavía por miles y las autoridades son incapaces de dar una cifra exacta de víctimas -se habla de 200.000 muertos-, la isla asiste en los últimos días a una escalada de tensión que amenaza con desencadenar una guerra abierta entre religiones. Los practicantes del vudú, que es el culto mayoritario en la antigua colonia francesa, acusan a los evangelistas (protestantes) de pescar en río revuelto y de reclutar feligreses entre sus filas aprovechando el flujo de ayudas para paliar los daños del seísmo. Los 'vuduístas' se sienten discriminados y aseguran que a ellos les llegan menos recursos procedentes de organizaciones internacionales que a otros grupos religiosos de la isla. Las cosas se han calentado hasta el punto de que el martes pasado simpatizantes no identificados de los evangelistas atacaron con piedras a los participantes en una ceremonia de vudú en memoria de los fallecidos en el terremoto de enero e hirieron a dos de ellos. La agresión provocó una airada reacción del jefe de los seguidores de los ritos vudú, Max Beauvoir, que aseguró que los evangelistas han desatado una «guerra abierta» y les acusó de «comprar almas» por medio de la comida y las medicinas que proporcionan.
La beligerancia entre los líderes de las comunidades religiosas ha desatado la alarma entre las autoridades haitianas, que bastante tienen con tratar de ayudar a subsistir a los cientos de miles de supervivientes del terremoto que deambulan por la isla después de haber perdido sus hogares. La doctrina vudú está profundamente arraigada entre los haitianos y un llamamiento a la acción por parte de sus líderes podría tener consecuencias insospechadas en la precaria situación de la isla. La desgracia ha contribuido además a avivar los sentimientos religiosos de una población acostumbrada a interpretar en clave sobrenatural hasta el más nimio de los acontecimientos.
Algunos de los seguidores de los viejos rituales del vudú, a medio camino entre el monoteísmo y el politeísmo, se dieron cita ayer en Ciudad del Sol, cerca de Puerto Príncipe, para celebrar el 40 aniversario de la fundación del templo de la localidad. A la joven de la imagen se le ve cantando con recogimiento durante su participación en la ceremonia y uno presume que la melodía tiene que ser desgarradora.