El enésimo arrebato

Toda la elegancia que demuestra sobre la pasarela la pierde en cuanto se agarra una rabieta. Naomi Campbell protagoniza su enésima bronca. Esta vez la ha emprendido a golpes contra su chófer, un joven de 27 años que debe ser un bendito. Llevaba a la modelo británica hace unos días de ruta por Nueva York cuando le empezó a caer una lluvia de golpes desde el asiento de atrás -donde iba ella- que le llevó a darse de bruces contra el volante y le obligó a parar el vehículo en una calle en pleno centro de Manhattan. Luego, como en las películas, Naomi puso pies en polvorosa, no fuera el chófer a tomar represalias. Pero todo lo contrario, el hombre ni siquiera va a presentar cargos. El representante de ella -ése tiene un papelón- dice que «las cosas no son lo que parecen» -o sea, que pueden ser peor- y que la maniquí cooperará con la Policía, que se puso a buscarla como si fuera una fugitiva. Su manager es ya un experto en poner excusas porque los arrebatos de Naomi no son nada nuevo. En dos ocasiones arrojó el teléfono móvil que tenía a mano a su ama de llaves y a su asistenta, aunque a ella le da igual emprenderla a tortas contra sus trabajadores o contra la Policía, como hizo hace un par de años, cuando agredió a dos agentes en Londres. Le costó 200 horas de trabajos comunitarios, pero no ha escarmentado.