
Un arrepentido de las FARC reveló la «cooperación» de Venezuela con ETA
La información del sumario que implica a Chávez procede casi en exclusiva de la inteligencia colombiana
MADRID. Actualizado: GuardarLa confesión de un ex miembro de las FARC es la prueba de cargo en el sumario que instruye Eloy Velasco sobre la supuesta «cooperación» del Gobierno venezolano con ETA y los terroristas colombianos. Según los documentos remitidos por las autoridades de Bogotá, y que suponen la inmensa mayoría de la información que obra en la causa, fue este ex activista el que desveló que en verano de 2007 militares y miembros de los servicios secretos de Hugo Chávez dieron cobertura a un cursillo que dos etarras impartieron en la selva venezolana y en el que hubo lecciones de 'kale borroka', explosivos militares y el uso de teléfonos móviles para activar bombas. Los atestados revelan que las informaciones sobre la presunta connivencia de Venezuela con ambos grupos se conocieron por los servicios antiterroristas colombianos en diciembre de 2007. La inteligencia de aquel país se hizo con un vídeo en el que uno de los cabecillas de las FARC, Suexis Pausías, más conocido como 'Juan Santrich', hacía un encendido alegato contra el «Estado Español» y a favor de la lucha de ETA, usando la habitual jerga de la izquierda 'abertzale'.
La grabación, al parecer dirigida a las bases de ETA a modo de arenga, había sido hecha en la selva venezolana por el equipo de 'Santrich', uno de los terroristas a los que Chávez tiene 'apadrinados', según la inteligencia colombiana.
La explicación de tan encendida defensa de ETA vino poco después por boca del arrepentido, de alias 'Camilo'. De acuerdo con la información facilitada por Colombia, este ex terrorista, que dejó las armas en septiembre de 2007 -sólo un mes después de participar como alumno en las clases de ETA-, aseguró que el vídeo de 'Santrich' era el agradecimiento de las FARC a ETA por los dos cursillos que habían impartido los terroristas vascos en julio de 2007 (el juez asegura en su auto que fue agosto). Fue 'Camilo' el que identificó por sus alias a los dos etarras: Martin Capa, del que se desconoce su identidad, y Patillas, alias tras el que se esconde Ignacio Domínguez Atxalandabaso.
'Expropiada'
Los dos cursillos tuvieron lugar en una finca 'expropiada' por las FARC en Guadalito, en el estado de Apure, en Venezuela. El primer turno duró 12 días, el segundo unos ocho. Y siempre sobre los mismos argumentos: guerrilla urbana, nuevos explosivos (C-4, explosivo plástico militar muy fácil de obtener en Venezuela porque se usa en las prospecciones petrolíferas) y activación de bombas con móviles.
Según la declaración de 'Camilo', en la primera tanda no hubo ni rastro de presencia oficial venezolana. Sólo participaron 20 activistas de las FARC y del FLB. Fue en el segundo cursillo, donde aparecieron los militares de Chávez.
Éstos -declara el arrepentido- escoltaron a un nutrido grupo de terroristas del 'Bloque Caribe' hasta Guadalito. Los terroristas de las FARC, que venían de la zona cercana a Barranquilla, prefirieron llegar hasta los cursillos de ETA a través de Venezuela y no por Colombia, por lo que desde el Caribe colombiano pasaron a Maracaibo. Desde esa ciudad, fueron escoltados por tierra por militares bolivarianos y miembros de la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela.
De las fechas del sumario de Velasco se infiere que toda esta información fue entregada por Colombia a España de inmediato. De hecho, en febrero de 2008, el entonces mando único, Joan Mesquida, viajó a Bogotá para acelerar esta investigación. En julio de ese año, el fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, firmó en Colombia un acuerdo para investigar los lazos entre ETA y las FARC. Y en noviembre, el Ministerio Público pedía a Velasco la apertura de una investigación exclusiva sobre el asunto.