El preso muerto en Puerto III denunció amenazas de un funcionario
La familia pide una «investigación minuciosa» de su muerte, pues dudan de que se deba a un mero accidente
CÁDIZ. Actualizado: GuardarLa mañana del 24 de febrero, horas antes de morir en la cárcel del Puerto III, Fuad Kaddur habló por teléfono con su pareja Susan Warren y le confesó que tenía «mucho miedo, más del que nunca había tenido en su vida». Aquella tarde, su cuerpo apareció muerto en su celda del módulo 10.
Según explicaron a Susan, el joven Fuad -que tenía 31 años y cumplía su noveno año de prisión por un delito de narcotráfico- perdió el equilibrio cuando salía de su celda y en el traspiés, se golpeó la cabeza en el umbral de la puerta, desmayándose y muriendo poco después. A los medios de comunicación, en cambio, se ofreció días después una versión distinta, en la que el interno habría sido aplastado por la puerta mecanizada de su celda, que se cerró sin explicación por un supuesto fallo mecánico.
Ni una ni otra versión han convencido a Susan y la familia del fallecido, que han pedido ahora «una investigación minuciosa» de ese trágico suceso, pues temen que exista un «misterio» tras la muerte del Fuad. A pesar de sus dudas, la familia insinuó ayer sus propias sospechas, que apuntan a una posible venganza a manos de un funcionario del centro penitenciario, al que Fuad denunció en noviembre de 2009 por darle una supuesta paliza y amenazarle «con represalias».
En aquella denuncia, a la que ha tenido acceso LA VOZ, se acusaba al funcionario de romper al joven una pierna a patadas después de detenerle en una reyerta entre dos presos, en la que Fuad no habría participado. «En el bloque de aislamiento lo desnudaron, le pusieron las manos en alto y le dieron patadas con las botas», recordaba ayer el padre del fallecido, Mustafá Kaddur a este periódico. Una de esas supuestas patadas habría roto un peroné a Fuad, obligándole a caminar durante meses con muletas.
El interno no desveló los hechos «por temor a la venganza», según la denuncia, pero el supuesto agresor habría advertido al joven con tomar «represalias de mayores consecuencia» si osaba contar algo. Esa última amenaza llevó a Susan Warren a presentar la ya mencionada denuncia en nombre de su pareja ante el juzgado de Coín el 11 de noviembre de 2009, dando a conocer la supuesta paliza. Sin embargo, según la familia del fallecido, la demanda cayó en saco roto y nadie investigó la agresión denunciada.
El pasado martes, tras el fallecimiento del preso, Susan volvió a comunicar a la Guardia Civil la presunta paliza contra su novio, en una declaración en la que también acusaba al director de Puerto III de tachar de mentira esa versión. A pesar de todo, la pareja de Fuad, con la que mantenía una relación desde hacía seis años, no ha presentado una nueva denuncia con sus sospechas, ya que -según explicaba ayer- «prefiere esperar» a conocer el informe de la autopsia, que recogerá hoy junto al padre del fallecido en El Puerto.
Acaip anuncia una querella
El sindicato de funcionaros Acaip salió ayer al paso de estas denuncias y afirmó que no ve «ningún punto oscuro» en la muerte de Fuad Kaddur, ya que «todos lo trabajadores han trabajado de forma profesional y con rapidez para evitar la muerte del interno».
El sindicato recordó que el caso está en manos de un juez instructor y anunció que estudiarán querellarse «contra las personas que levanten calumnias contra los funcionarios».