La sangría continúa
Actualizado: GuardarLas cifras del paro no dejaron de crecer en España durante el pasado febrero, que se cerró con 82.130 desempleados más, incrementando la legión de personas sin trabajo hasta la alarmante cifra de 4.130.625. El hecho de que la suma represente la mitad de los parados que hace un año se valora por el Ejecutivo como un respiro. Pero es un espejismo de un mercado laboral que mantiene una sangría de destrucción de empleo extraordinariamente elevada pese a los tres años de crisis. El ligero repunte de inscritos en la Seguridad Social confirma que se crea empleo pero no lo suficiente para absorber la hemorragia del paro. Y pone en evidencia la ineficacia de las medidas implementadas por el Gobierno. El mazazo del paro en febrero no resiste ya vaticinios gubernamentales optimistas sobre una reactivación económica en próximos trimestres ni una salida de la crisis que no asoma en el horizonte. Por el contrario, la situación requiere actitudes realistas y urgentes que combinen planes de choque para las zonas más castigadas con la ejecución de reformas laborales, cambios en el sistema de bonificaciones a la contratación y recortes de las cotizaciones sociales para taponar la hemorragia. Y en paralelo el Gobierno debe acelerar el diálogo social y político para aglutinar todas las fuerzas en la misma dirección.