David Palomar desplegó su saber hacer. :: J. FERNÁNDEZ
Jerez

La unión de dos generaciones para el renacimiento de la gaditanía más flamenca

Palomar y Cornejo embelesaron al público que fue a la Bodega de Los Apóstoles

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Con pregones, David Palomar y Mariana Cornejo anunciaron el cante de Cádiz. Hora y media de un sabor puramente gaditano. Por tientos-tangos, Mariana juega con los tiempos, acortando y a largando los tercios a su antojo. David le replica estirando las letras hasta el límite. Rafael Rodríguez empieza a brillar en el cambio a tangos con una falseta impresionante.

El turno es para Palomar, que desgrana cuatro letras por soleá donde demuestra una tesitura amplísima y una cantidad de recursos asombrosa.

A continuación, malagueñas de Fosforito el viejo y del Mellizo, con un Rafael inconmesurable a la guitarra. Con el recuerdo a Terremoto, Mariana nos canta La Rosa y soleá de Cádiz para abrir boca.

Por alegrías, Mariana es la sabiduría. No obstante, es posiblemente la mayor conocedora de cantes por cantiñas del actual panorama flamenco y lo demuestra con aires de La Perla.

Las anécdotas del maestro Chano Lobato sirvieron de enlace para que primero David y después Mariana nos cantasen por tanguillos.

Bulerías de Cádiz y de Jerez para el fin de fiesta, con el público rendido a sus pies.

Mariana Cornejo y Palomar nos trajeron a la memoria a Macandé, Aurelio, el Beni, Pericón o Juanito Villar, entre risas, trabalenguas y juegos de palabras. Compás a raudales del presente y el futuro del cante gaditano.

Gaditanamente hablando: un bastinazo.