
De los abrazos del sorteo al rechazo bancario
Sólo en una promoción de Puerto Real, abandonaron 84 de los 90 futuros propietarios Decenas de beneficiarios de un piso protegido en la Bahía renuncian a comprarlo tras irse al paro o quedarse sin el mínimo apoyo financiero
CÁDIZ. Actualizado: GuardarHace no mucho, mucho tiempo. En un país muy, muy cercano, los sorteos de viviendas protegidas eran sinónimo de escenas de euforia protagonizadas por gente modesta que no tenía, en algunos casos, posibilidad de acceder a un piso por otra vía del mercado.
Eran tiempos en los que ese país muy, muy cercano, se pavoneaba de ser la octava potencia económica mundial. Su enriquecimiento colectivo y su capacidad de construcción cabalgaban a velocidades nunca conocidas. En ese momento, los particulares no podían acceder a pisos de renta libre. Sus precios se habían disparado. Las nóminas, no.
Todo el mundo recuerda el cuento. Familias abrazadas porque su bolita había salido, lágrimas en el Palacio de Congresos o en el polideportivo que correspondiera.
Sin embargo, el derrumbe del sector inmobiliario y de la construcción también ha sepultado esa alegría. El Ayuntamiento de Cádiz admite que vivido los primeros ejemplos. El pasado año, dos beneficiarios de viviendas protegidas, dos de los ganadores de uno de esos sorteos, para obtener un piso en la calle Obispo Urquinaona se quedaron sin él. Mientras culminaron trámites y construcción, su situación financiera cambió. El banco no les subroga la hipoteca, no les considera solventes ni para un piso de precio controlado. Tuvieron que dimitir del sueño y la fortuna.
«Es cierto que se han producido los primeros casos, pero queremos creer que no es una tendencia, que no se van a repetir multiplicados en 2010», asegura Juan José Ortiz, concejal delegado de Vivienda en Cádiz.
Pese a su moderado optimismo, admite que las dificultades también se han pegado a los que ganan un sorteo para obtener una VPO: «La mayoría de la gente no sabe la de gestiones que tenemos que hacer para que les subroguen la hipoteca. Hacemos de asesores, de mediadores hasta donde permite la Ley, para que tengan financiación. Es cierto que en los últimos meses esa tarea se ha multiplicado, pero esperamos que no haya más renuncias ni rechazos, al margen de esos pocos ya registrados».
Ortiz tiene argumentos racionales para prever que no se disparen los casos, maneja datos que hablan de la reducción de construcción de VPO en todas las ciudades andaluzas. A menos pisos, menos aspirantes descartados. Su moderada esperanza, tiene una cruz: «A más tiempo se prolongue esta durísima situación de recesión económica, más daño sufrirán las economías familiares y más dificultades habrá».
Más de cien casos de golpe
Pero más allá de la capital, el número de casos crece tanto que cabe hablar de una situación generalizada, de renuncias en cascada a pisos de VPO logrados mediante multitudinarios sorteos o a través de listas de aspirantes.
En San Fernando, la última promoción de viviendas de protección oficial (VPO) entregadas fue la correspondiente a 116 pisos de Coronación, en la Ronda del Estero. Las llaves estaban al fin listas el pasado verano tras un año de retraso en los plazos acordados, pues estaba previsto que fueran entregadas en mayo de 2008. Del total de propietarios que accedieron a la misma, seis de ellos decidieron abandonar su casa; la razón, la imposibilidad de hacerse cargo de los gastos de una hipoteca mensual que oscila entre los 290 y 321 euros.
La pérdida del empleo en la mayoría de los casos hizo que estos jóvenes menores de 35 años tuvieran que borrar de golpe la sonrisa que le salió en aquel sorteo.
Pero ellos no fueron los únicos pues hubo otros cuatro propietarios rechazados por la entidad bancaria al no cumplir los requisitos de avalistas y seguro. En definitiva, diez personas que han visto como la crisis les arrebata su oportunidad de tener casa.
Fue la Empresa Municipal de Suelo Isleña (Esisa) la encargada de la última promoción por sorteo de la ciudad ya que la lista de demandantes se modificará a principios de este año con la creación de un registro que evitará los sorteos y primará la antigüedad de las personas apuntadas.
Una lista que será abundante en nombres ya que según los datos de la propia Esisa hay más de 1.500 isleños esperando una VPO.
En otro lugar de la Bahía, en Puerto Real, la sangría de renuncias o negativas bancarias aún es más llamativa. En Puerto Real, en la promoción Campo de Golf Villanueva, sólo seis de los 90 beneficiarios en el listado inicial han podido hacerse con la vivienda. El resto, o se ha rendido porque no le salían las cuentas o se ha visto vetado por una entidad bancaria que no consideraba que tuviera suficientes garantías. Fernando García, de la promotora responsable de ese proyecto, Atalaya, admite que es el caso más llamativo de los que han vivido, aunque el goteo ha sido constante en 2009.
Pedro de Noriega, responsable de Sodinur, una firma que impulsa promociones de VPO en varios puntos de la provincia, confirma con su experiencia que «el año 2009 ha sido especialmente duro en cuanto a las condiciones impuestas a las familias a la hora de obtener un préstamo hipotecario. Eso coincide con la triste realidad del empeoramiento de las condiciones laborales y de renta de la mayor parte de ellas.
Del todo a la nada
El panorama actual contrasta con la situación que existía con anterioridad a 2008, cuando había excesiva facilidad para acceder al crédito lo que aumentó considerablemente el nivel de endeudamiento de las familias españolas».
Como en el caso del concejal gaditano, De Noriega cree que hay motivos para creer que la situación no empeorará más: «En 2010 hemos notado que aumenta la flexibilidad en los criterios para la concesión de préstamos, tendiendo a aceptar otras garantías complementarias y teniendo en cuenta la economía real de las familias, aunque sin llegar a la situación de los años anteriores a 2009».
Como un rayo de sol entre tanta tormenta brilla su último pronóstico: «Esta situación es coyuntural e irá mejorando a lo largo del año, no sólo por esta flexibilización de las condiciones bancarias, también por la mejora de la situación de la economía familiar». Así sea.