Derechos sanitarios
Actualizado: GuardarLa ley 2/1998 de Salud de Andalucía habla sobre el respeto al paciente, de informarle sobre su proceso.en mi caso esperaba esto y una eficacia y diligencia mayor de la que recibí. Mi problema de salud se ha alargado más de cuatro meses por no haberse hecho bien a la primera, y aun así me puedo considerar afortunada, porque podría haber sido mucho peor. Mi experiencia incluye tanto sanidad privada como pública. Cuando fui a urgencias de una clínica privada de Jerez de la Frontera, el ginecólogo de guardia ni siquiera se molestó en personarse en la clínica. Entiendo que no me estoy muriendo, que no estoy de parto, pero no me digas que es normal sin haberme visto, porque podría ser una tontería, pero si es algo grave no lo cuentas. En la sanidad pública de primeras me atendió un residente, hay que reconocer que algunos son correctos y profesionales, otros dejan mucho que desear. La que me atendió de segundas debería haber aprendido algo de educación antes de estudiar medicina. Me trató con falta de educación, respeto, realizándome una prueba muy cruenta, dolorosa y con importantes efectos secundarios sin ni siquiera informarme de qué estaba haciendo; las terribles consecuencias fueron dolor extremo, pérdida de conciencia, anemia por la hemorragia tan severa que me produjo.y encima el susto que se llevó mi marido, que lo vio todo, y que creía que me moría desangrada; lo peor tras la sangría es que me mandó para casa, ni siquiera me dejó en observación. Estos que están formándose para ser profesionales, no deben de olvidar que tratan con personas, que merecen un respeto y un trato educado, informando de los procedimientos, de los efectos secundarios, y que no deberían hacer algunas técnicas cuando las condiciones no son las adecuadas. Aparte, hay pruebas muy dolorosas, que se deben hacer con una preparación previa y anestesias/sedación al paciente; nunca pensé que mis visitas al SAS me iban a producir tanto dolor, miedo, despersonalización y todas las consecuencias negativas que he padecido. Señores, hagan algo para mejorar nuestro sistema sanitario, formen mejor a los especialistas, que no olviden que tratan con personas, no con casos, y no hagan recortes de gastos en pruebas que son dolorosas y cruentas. Espero que en mucho tiempo no tenga que volver a pisar una sala de urgencias, pero si lo tengo que hacer, ojalá que la situación haya cambiado en algo.