Inercia de cambio en Andalucía
Actualizado: GuardarLa ventaja del Partido Popular de Andalucía en los sondeos se consolida y da credibilidad a la hipótesis del cambio después de tres décadas de hegemonía socialista. El barómetro anual de LA VOZ con motivo del Día de Andalucía fija esa ventaja en casi cuatro puntos, y esto ya constituye margen suficiente, con un 45,7 por ciento del voto, para que Javier Arenas aspire no sólo a una victoria simbólica sino al pasaporte a San Telmo. Bajo el bipartidismo acentuado en la comunidad a lo largo de la última década -IU aún retrocede, los andalucistas definitivamente quedan fuera del parlamento y UPyD no logra entrar- la balanza se inclina por el peso del descontento. La crisis ha acelerado esta tendencia de modo que el PP, al que siempre ha costado ampliar su base electoral andaluza, sólo ha necesitado dos años para ganar siete puntos. Más allá de los datos sociométricos, queda por despejar la incógnita clave: si se trata de un síntoma coyuntural en el escenario de la crisis, donde el desempleo alcanza la dramática cota simbólica del millón de parados, o es ya un síntoma irreversible de fatiga del partido gobernante. De momento, parece haber recorrido para el liderazgo de José Antonio Griñán, cuyo primer año aún incompleto en el poder se ha visto distorsionado por una bicefalia incómoda que va a ser corregida en pocos días con la celebración del congreso extraordinario en el que se le ungirá como única referencia del socialismo andaluz. De hecho, mientras las expectativas del PP no se traducen en un entusiasmo hacia su líder sino que se derivan del clima deprimido por los efectos de la crisis, Griñán es la apuesta decidida del PSOE para recuperar electorado sobre todo tras perder a Zapatero como activo electoral. El problema para el presidente andaluz es que la desconfianza no se emana de la gestión de su Gobierno, aprobada por un tercio de la población por encima de las respuestas negativas, sino del pozo profundo del desempleo, identificado por más del noventa por ciento como nudo gordiano de la situación, treinta puntos más que hace dos años, lo que revela el efecto tobogán del descontento. El sondeo detecta el intenso pesimismo ante las posibilidades de recuperación durante esta legislatura, de modo que el desafío de Griñán es transmitir confianza en que el mejor recambio para el PSOE está en el propio PSOE mientras el PP crece como alternativa verosímil de cambio.