Un bebé se apoya en una de las ruedas de un Hummer H2, que se vende en España a partir de 81.000 euros. :: AP
Sociedad

Pincha el coche del 'pelotazo'

General Motors anuncia el cierre de Hummer, el fabricante de los todoterrenos que se erigieron en símbolo de la era de la opulencia

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En un Hummer todo es excesivo: el peso multiplica por cuatro el de un coche normal, el motor es hasta seis veces más grande y con lo que cuesta (hasta 86.000 euros) se podía comprar un apartamento en los tiempos previos al derrumbe del ladrillo. Si a esta lista se añade que consume hasta veinte litros de gasolina a los cien kilómetros (no hay versiones diesel), uno se explica que este todoterreno terminase convirtiéndose en uno de los símbolos de la no tan lejana época de la especulación y el 'pelotazo' urbanístico. La pervivencia de la firma Hummer era todo un desafío en los tiempos que corren. Empezó a tambalearse cuando General Motors, compañía a la que pertenece, entró en quiebra hace año y medio. Una empresa china se había mostrado dispuesta a adquirirla, pero Pekín frenó la operación y la propia General Motors anunció ayer de forma oficial el cierre definitivo de la marca.

La desaparición de Hummer certifica el fin del ciclo de la opulencia en el mundo del motor. El todoterreno había adquirido gran fama en todo el mundo gracias a la musculosa imagen que le proporcionaban sus desmesuradas dimensiones. El primer Hummer que se comercializó, conocido como H1, era en realidad la trasposición a la carretera de un vehículo fabricado para el Ejército de EE UU. El modelo militar, que sustituía al Jeep Wyllie, se hizo muy popular entre los estadounidenses por su frecuente aparición en las imágenes que se transmitían desde Kuwait durante la primera Guerra del Golfo. Se dice que el propio Arnold Schwarzenegger, protagonista de la saga de 'Terminator' y hoy gobernador de California, mostró interés en adquirir uno de esos vehículos y que a raíz de aquello la empresa que los fabricaba para el Ejército decidió hacer una versión 'civil'. General Motors vio que allí podía haber dinero y alcanzó un acuerdo para hacerse con la titularidad del todoterreno.

Bautizado ya con el nombre de Hummer, el vehículo tuvo un brillante estreno comercial a pesar de lo inusual de sus cifras. El H1 tenía un motor de ocho cilindros de 6.500 centímetros cúbicos y un peso que podía llegar a alcanzar las cuatro toneladas en función de las versiones. Consumía unos 18 litros a los cien kilómetros y en su depósito cabían hasta 159 litros de gasolina. En Estados Unidos fue un todo un 'boom' que General Motors intentó trasladar a Europa. La compañía puso en marcha una fábrica en Suráfrica y 'engrasó' con abundantes dólares a la industria de la televisión para que el Hummer tuviese un papel relevante en las series que mejor funcionaban en los mercados europeos, como 'CSI Miami'.

Las cosas fueron bien, aunque el coche no alcanzó ni de lejos las cifras de ventas de su país de origen. «En los buenos tiempos se podían vender al año unas 5.000 unidades en todo Europa, pero eso era lo mismo que facturaba el concesionario Hummer de Miami», explica Rubén Moya, comercial de la marca en Valencia.

300 al año

Hummer desembarcó de forma oficial en España en 2005, aunque el coche ya se conocía: importadores paralelos habían traído algunas unidades directamente de EE UU. Eran tiempos de vino y rosas y los caprichosos no reparaban en gastos por hacerse con un coche que conjugaba glamour y exclusividad. «Los primeros se vendieron por más de 100.000 euros y la gente te los quitaba de las manos», recuerda un importador de aquella época. En un intento de adaptarse a los gustos del mercado europeo, la marca 'civilizó' el todoterreno con dos nuevos modelos, H2 y H3, más baratos y de dimensiones más contenidas que el H1.

Hummer alcanzó buenas cifras de ventas en España, sobre todo en Madrid y la costa mediterránea. «Se vendían unos 300 todoterrenos al año en todo el país», puntualiza el comercial valenciano, que explica que el cliente medio solía ser «una persona que había hecho dinero rápido, generalmente en el mundo de la construcción en la costa, y quería un coche diferente». Las ventas, añade el comercial, han bajado en picado en los dos últimos años a pesar de que los nuevos modelos son más asequibles y pueden adquirirse a partir de 44.000 euros. Todo parece indicar que a Hummer se le ha acabado la gasolina.