Opinion

Actitud dilatoria

Gobierno y PP deben acercar posturas para la reducción del déficit y en materia fiscal

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La reunión inaugural del diálogo económico, abierto entre el Gobierno y las formaciones parlamentarias, reprodujo ayer escenas precedentes. El Ejecutivo dijo estar empeñado en la búsqueda del máximo acuerdo, aunque poniendo en evidencia su negativa a tratar de acortar la distancia que le separa del PP. Por su parte, los populares exigieron de nuevo el imposible de una rectificación de la política económica del Gobierno. Los demás grupos no pudieron más que confirmar la inviabilidad de un pacto global que concite la anuencia de todo el arco parlamentario. Ahora queda por ver si las aproximaciones parciales pueden servir realmente para acortar el tiempo de espera hasta la recuperación; o si, por el contrario, acabarán trasladando a la opinión pública y a los actores de la economía más razones para la decepción. Tras atajar los riesgos de hundimiento que presentaba el sistema financiero, las dudas, la pasividad o las improvisaciones se han hecho notar en todos los países.

Pero la actitud dilatoria del Gobierno de Rodríguez Zapatero, negándose primero a aceptar las evidencias de la recesión, y sometiendo después a la sociedad a una sucesión de anuncios y desmentidos, de gestos de valentía y pasos hacia atrás, está siendo especialmente destacada. Resulta inadmisible, como último ejemplo, que el secretario de Estado de Hacienda y la Vicepresidenta económica discrepen públicamente sobre la posible revisión del incremento salarial de los funcionarios, acordado hace cuatro meses. A la espera del documento que el próximo lunes remita el Gobierno a sus interlocutores, conviene advertir que la parsimoniosa metodología establecida para ensayar un acuerdo, dos años y medio después de desatada la crisis global, podría incrementar la desconfianza y servir para que se pospongan decisiones inaplazables, tanto por parte de las administraciones como por parte de las empresas y las familias. De poco servirán las coincidencias puntuales si el Gobierno y el primer partido de la oposición no acercan posturas en dos temas cruciales: la reducción del déficit y la política fiscal. De ello depende también que la economía española no fluctúe entre la recuperación y la recesión a lo largo de 2010, situándose a la cola de la UE, tal y como ayer apuntó la Comisión Europea.