El Ferrari de Alonso no es infalible
Webber marcó el mejor tiempo una vez más mientras que el español, que probó la nueva aleta de tiburón, quedó séptimo en Montmeló El piloto asturiano se tuvo que bajar del coche por un problema electrónico
MONTMELÓ. Actualizado: GuardarVenía la pretemporada de la Fórmula 1 envuelta en fuegos artificiales, muy a propósito del espíritu urbano, adolescente y consumidor de web que ha calado en el aficionado. Alonso, a bordo de un Ferrari incontenible, punta de lanza de un curso proyectado sobre las emociones fuertes: tres españoles en liza, el regreso de Michael Schumacher, cuatro campeones del mundo en el semáforo rojo de Bahrein (14 de marzo). En Montmeló se citaron todas las escuderías para medirse en el kilómetro cero, el último viaje de los entrenamientos oficiales. Y la realidad dio un bocado a la abundancia. El Ferrari no es infalible. Ayer se paró y Alonso tuvo que bajarse del coche.
Cuando el Samur acude a rescatar a un monoplaza varado, el primer impulso es común a todos los equipos. Echar la lona, tapar el agujero. Como barrer y depositar la pelusa debajo de los alfombras. Que no se vea, que nadie retrate el dolor de un ultra-vanguardista coche de Fórmula 1 carcomido por una válvula.
Se detuvo el Ferrari de Alonso en una curva y la explicación oficial fue de las de manual: problema electrónico en el soporte motor. Sin más comentarios, sin añadidos.
A algo más de quince días del comienzo del Mundial, el F10 se ha colocado con los pies en el suelo. Ni es tan abrumador como se perfiló en la exuberante presentación de Alonso en Valencia ni, mucho menos, tan fatídico como refleja el séptimo puesto del asturiano ayer ni el parón provocado por la electrónica en su conexión con el soporte motor.
Hay dos divisiones en este arranque de campaña: la Premier, con Ferrari, McLaren, Red Bull y Mercedes, el pelotón perseguidor, con los demás (Williams, Sauber, Toro Rosso, etc, etc). Cuestión de presupuesto y de medios.
Webber marcó el mejor tiempo, seguido por Hulkenberg, Rosberg, De la Rosa, Button, Liuzzi y Alonso. Y cuentan por el 'paddock' que los de la Primera división se dedican a esconder sus bazas aerodinámicas, que los pequeños apéndices (como la aleta de tiburón que probó Alonso sin gran éxito) son pecata minuta comparada los secretos que esconden en torno a la influencia del doble difusor. Alonso dejó una frase resolutiva. «No fue un día perfecto, pero al menos ha sido útil por la gran cantidad de datos que hemos almacenado».