Zapatero evita una condena expresa de la muerte del disidente
MADRID. Actualizado: GuardarJosé Luis Rodríguez Zapatero condenó de forma genérica la muerte del disidente cubano Orlando Zapata Tamayo tras 85 días en huelga de hambre en una cárcel del país caribeño. El presidente del Gobierno, durante su intervención en la sesión inaugural del IV Congreso Mundial contra la Pena de Muerte, en Ginebra, ni citó a Cuba ni mencionó al fallecido, pero instó a todos los estados del mundo a que «respeten hasta el último instante la vida de todos y cada uno de sus ciudadanos». Portavoces de La Moncloa precisaron que estas palabras iban dirigidas al Gobierno de La Habana y a la muerte de Zapata.
El jefe del Ejecutivo también indicó en su alocución que «nadie tiene derecho a arrebatar la vida de otro ser humano», un comentario que asimismo se refería al fallecimiento del disidente, según las fuentes gubernamentales que asistieron a la reunión en la sede de Naciones Unidas de la ciudad suiza. Bajo la cúpula de Miquel Barceló, en la sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones, Zapatero se cuidó de no incomodar a las autoridades de Cuba con unas palabras tan medidas que necesitaron de la 'traducción' de los portavoces de la Moncloa para que se supiera a quién iban dirigidas.