Fernando Navarro ocupó el flanco zurdo de la retaguardia sevillista en tierras moscovitas. :: EFE
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El Sevilla lo deja para el Pizjuán

En un partido poco vistoso, los de Jiménez fueron conformistas y dejaron escapar vivo a un CSKA de Moscú con ritmo de pretemporada El ex bético Mark González neutralizó el gol anotado por Álvaro Negredo

MADRID. Actualizado: Guardar
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Buen resultado para el Sevilla en un partido tedioso, con un ritmo impropio de la alta competición y un CSKA que, visto lo visto, es difícil saber cómo pudo superar en la fase de grupos al Wolfsburgo e incluso al Besiktas. Los españoles jugaron siempre con el resultado, con el partido de vuelta que se avecina en la caldera del Pizjuán. Les faltó una marcha sobre ese césped artificial de última generación que parece natural en todo menos en el bote del balón, mucho más rápido. Y los moscovitas, una versión 'light' de aquel fornido equipo del Ejército Rojo al que representaron, evidenciaron que acabaron su temporada el pasado 9 de diciembre, que venían de entrenarse en Alicante, Marbella y tierras turcas.

Una vez más, Jiménez demostró personalidad. Sabedor de que sólo se jugaba el primer tiempo de la eliminatoria, apostó por un equipo bastante defensivo, sin el renqueante Kanoute y sin Perotti de inicio. Álvaro Negredo ejerció como único punta y muchas veces se le vio achicando balones como un defensa más. Fernando Navarro y Adriano compartieron la banda izquierda para frenar al serbio Krasic, discontinuo pero rápido, atrevido, desbordante. Por algo le seguirá el Real Madrid.

Dejaron hacer los hispalenses a los rusos y esperaron su momento. El dominio de los locales apenas se traducía en disparos lejanos que no encontraban puerta, en centros mal tocados y en algunas arrancadas del chileno Mark González, ex de Albacete, Real Sociedad y Betis. Buena disposición en defensa, orden táctico, solidaridad en las ayudas y pleno acierto arriba del Sevilla. Una llegada y un gol, como los grandes. Jesús Navas, cada día mejor, se sacó un centro de la nada y el ariete vallecano acertó en boca de gol después de que fallaran el central y el portero Akinfeev.

Los nervionenses se dejaron llevar en exceso en la reanudación. Vieron que el CSKA parecía inofensivo y se contagiaron de un ritmo lento. Jiménez movió fichas pero no el dibujo. Pero llegó el inesperado zurdazo lejano de Mark que igualó la contienda cuando menos se esperaba. Y menos mal que apareció un pie milagroso del incombustible Palop.