Banco de España y OCDE creen que sin reforma laboral no habrá recuperación
Fernández Ordóñez opina que la propuesta del Gobierno sobre la jubilación va «en la dirección correcta»
MADRID. Actualizado: GuardarEl gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, y el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, urgieron ayer al Gobierno a acometer una profunda reforma laboral para alterar el rumbo de la maltrecha economía. La transformación es tan necesaria, resaltó el gobernador, que si no se lleva a cabo de poco servirán la reestructuración del sistema financiero o los programas de ajuste fiscal planteados por el Gabinete que preside José Luis Rodríguez Zapatero. Fernández Ordóñez, como Gurría, defendió la ampliación de la edad de jubilación propuesta por el Ejecutivo por entender que es «un avance en la dirección correcta».
Con más crudeza que nunca, el gobernador del Banco de España dejó clara la imperiosa necesidad de emprender reformas estructurales que, advirtió, traerán sacrificios que habrá que soportar si se quiere salir de la crisis. «Si no lo hacemos, España va a entrar en un periodo duro y complicado donde no sólo el crecimiento será más bajo, sino que, además, su impacto en las cuentas públicas podría ser muy negativo», afirmó.
A juicio de Fernández Ordóñez, sería un error acometer una reforma laboral de bajo alcance: «no podemos permitirnos el lujo de hacerlo con lentitud o en varias fases». El supervisor y el máximo dirigente de la OCDE recordaron que la falta de iniciativa ha provocado que en los últimos 15 años los ajustes se realizaran únicamente mediante el «castizo» método de enviar al paro a millones de trabajadores en un mercado excesivamente rígido.
«El mercado de trabajo es un barco frágil en el que se abren vías de agua en cada tormenta. Es evidente que la tormenta no es culpa del patrón, pero sí está en su mano reparar la nave antes de que se acabe hundiendo. Pero es que, además, nuestro barco también funciona mal cuando no hay tormenta», sentenció durante su participación en un encuentro organizado por Expansión y KPMG.
El Gobernador lanzó un par de propuestas para esa reforma. La primera, permitir a trabajadores y empresarios adecuar sus condiciones a los cambios de la demanda. Eso, dijo, abriría la puerta a una mejora de la productividad. Al mismo tiempo, Fernández Ordóñez demandó un contrato indefinido «que no disuada a los empresarios que quieran crear empleo». Y por eso pidió a sindicatos y patronales no encorsetar las relaciones laborales y dejar a las empresas «decidir lo que más les convenga».
Prioridad
El secretario general de la OCDE, por su parte, destacó que España tiene una tasa del desempleo del 19% -que supera el 40% en el caso de los jóvenes- y eso impone un coste «tremendo» a la seguridad social, además de una carga financiera «enorme» sobre la sociedad. La economía, además, está lastrada desde hace una década por una pérdida de competitividad. Por ello, señaló que la reforma laboral «es y debe seguir siendo una de las prioridades fundamentales en la agenda de reformas» del país.
La OCDE considera que el mercado laboral español debería de ser más dinámico. Este organismo considera que la «excesiva protección» actual de los empleos existentes «conspira contra la contratación de nuevo personal». Gurría explicó, en ese sentido, que la relajación de las «prestaciones excesivamente proteccionistas» de las que ahora disfrutan los trabajadores fijos podría generar «el impulso necesario para crear más empleo» y reducir la dualidad fijos /temporales que caracteriza al mercado laboral español. Abogó también por incentivar la movilidad de los trabajadores dentro de España y por mejorar la educación y formación de los jóvenes: «España debería invertir más en cerebros y menos en ladrillos», sentenció.
Gurría respaldó la polémica propuesta de retrasar la jubilación. En ese sentido, defendió vincular la edad de retiro a la actual esperanza de vida y recordó que los actuales criterios fueron adoptados hace cuatro décadas, cuando la esperanza de vida posterior al abandono de la actividad era de unos siete años. Hoy, en cambio, los jubilados viven una media de veinte años, señaló. A su juicio, no se trata de recortar derechos sino de «ajustarse» a esa nueva realidad.
En cuanto a sus pronósticos de cara a la salida de la crisis, el secretario general de la OCDE auguró un 2010 «flojo» y un 2011 algo «mejor». La salida «técnica» de la recesión, entendida como una vuelta de la actividad a tasas positivas, puede llegar en cualquier momento, pero eso no significa que los problemas estén superados, pues el peso de las medidas gubernamentales de estímulo aún es grande. «El secreto es cuándo pasar de una recuperación inducida a billetazos a una recuperación sostenida y no dependiente de las políticas públicas y del déficit», resaltó Gurría.