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Corbacho condiciona ahora la jubilación a los 67 años al consenso político
Se presenta como la voz válida del Gobierno para hablar sobre la edad de los retiros frente a otros ministros que apuestan por cambios radicales El ministro de Trabajo sugiere ampliar el periodo para el cálculo de la cuantía de las pensiones
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno asumió ayer que las pensiones sólo se reformarán por consenso político. Ha puesto sobre la mesa de negociación una serie de propuestas bienintencionadas para garantizar el retiro de los trabajadores de hoy, entre ellas, la del retraso en dos años de la edad legal de jubilación de los 65 a los 67, pero se muestra consciente de que el documento inicial distará mucho de la resolución final.
Así se expresó el titular de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo (acuerdo de los grupos firmado en 1995 y renovado en 2003), que resaltó que las actuaciones en materia de protección social pública no se pueden llevar a cabo con decisiones tajantes de quien gobierna.
Corbacho no retiró ninguna medida planteada, aunque sí dejo claro su talante conciliador y no descartó abordar cualquier cambio que sirva para garantizar la Seguridad Social a largo plazo, es decir, junto con el retraso de la edad de jubilación, invitó a la reflexión sobre la ampliación del periodo de cálculo para establecer la cuantía de las pensiones, situado en la actualidad en 15 años.
Apuntó que esta extensión beneficiará a los miles de trabajadores expulsados del mercado laboral cuando tienen en torno a los 55 años y llevan una larga carrera de cotización. También abogó por estudiar subir el tiempo (también de 15 años) de aportación que se necesita para acceder a una pensión mínima. Pero insistió en que optar por una medida u otra es una tarea de todos los grupos, cuyos representantes no deben cerrar los ojos a las dificultades que tendrá el sistema dentro de dos décadas.
La única voz válida para expresar las pretensiones del Gabinete será la de Corbacho. Recalcó que el Ejecutivo «quiere ser enormemente respetuoso y de la reforma de las pensiones no se va a hablar fuera de este ámbito [comisión parlamentaria]». Algunos diputados socialistas interpretaron en esta declaración un aviso para otros ministerios que apuestan por cambios más radicales y menos consensuados. «No me hablen ustedes de Bruselas o no Bruselas», dijo en referencia a la confusión creada desde Economía al remitir a la Comisión Europea un documento sobre el futuro de las pensiones, cuatro horas más tarde rectificado oficialmente.
El responsable de Trabajo instó a los asistentes a presentar alternativas que afronten el envejecimiento de la población. Resaltó, en este sentido, que «en 1991 un varón vivía una media de 15,6 años a partir de la edad de jubilación y una mujer lo hacía 19,2 años más», cifras que «en 2009 se han incrementado en dos años». Y esta variación positiva y no la actual crisis económica es el eje de la reforma que hay que acordar. «En 2028 los hombres que cumplan 65 años tendrán una esperanza de vida de casi 20 años más tras su retiro profesional, periodo que en el caso de las mujeres ascenderá a 24 años», añadió.
La socialista Isabel López i Chamosa fue la encargada de defender la propuesta del Ejecutivo. En su exposición, se mostró muy comprensiva con CC OO y UGT y con las manifestaciones anunciadas para hoy. «Es más, yo, si puedo, voy a ir», afirmó ante la sorpresa de la comisión. Posteriormente, ironizó que acudirá a las movilizaciones porque «siempre he apoyado a los sindicatos». «Además, haré bulto e intentaré convencer a las centrales y a los participantes de la bonanza de la propuesta del Gobierno», concluyó.