Uno de los diseños de Ana Locking. :: EFE
Sociedad

Delicioso cóctel de tejidos

Lydia Delgado y Miriam Ocariz salvan una insípida jornada con interesantes mezclas de texturas en Cibeles

MADRID. Actualizado: Guardar
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Todavía con el buen sabor de boca de las notas del piano de Michael Nyman que pusieron fin al desfile de Adolfo Domínguez, el diseñador mallorquín José Miró despertó a los pocos madrugadores que ayer se presentaron a primera hora en Cibeles a ritmo de música de discoteca. El día, lluvioso, tampoco invitaba a hacerlo. Demasiado ruido para pocas nueces. Su colección 'Babel' está trufada de destellos, irisados, lentejuelas, charoles... La música no podía ser otra. La ambientación, tampoco: bolas de discoteca de espejos. Miró apostó por los 'looks' ochenteros en verdes, morados y platas. Especial mención merece su colección de zapatos. Ailanto devolvió a los presentes al mundo de la música clásica, o eso parecía en un primer momento.

Sus modelos desfilaron sobre una pasarela convertida en unas inmensas teclas de piano y la primera imagen fue de varias maniquís sosteniendo un violín, una viola, un bajo y un contrabajo a ritmo de 'La vie en rose', de Edith Piaf. «Pero lo que de verdad quieren ser son estrellas del rock», explicaron los gemelos Aitor e Iñaki. Y en eso se convirtieron estas estudiantes de conservatorio.

Amarillos, fucsias y mostazas contrastan con los negros, los grises y los ocres. Sus estampados con dibujos figurativos de instrumentos musicales y aves lira camuflados entre barrocos ramos florales han sido de los pocos que se han visto por Cibeles hasta el momento.

Tweed, organza, terciopelo y sedas se mezclan con las lanas en una unión perfecta: la nota predominante de la jornada, en la que Lydia Delgado y Miriam Ocariz obtuvieron un sobresaliente 'cum laude'. Para apoyar a Lydia Delgado se subieron a la pasarela su hija, Miranda Makaroff, y la sobrina de Adolfo Domínguez, Gala González. Un plus innecesario pero válido para asegurarse la foto.

La colección, por sí sola, no necesitaba más. Lydia eligió para abrir su desfile un espectacular abrigo rojo corto, aunque en su colección predomina el negro, el coral y el 'nude'. La mezcla de materiales ha sido un 'continuum' en las propuestas presentadas hasta el momento. En el caso de Lydia, crèpe de seda, lentejuelas, encaje, lanas, paño «He querido mezclar el brillo y el mate para el día», contó la diseñadora.

Los detalles, fabulosos. Divertidas capotas que evocan a las de las mujeres Amish, hombreras superpuestas de pelo artificial y falsas caderas colocadas sobre las faldas. Todos guiños a ese 'lujo desaliñado' del que hace gala la catalana. Miriam Ocariz también acertó de lleno con su juego de contrastes. En su caso, masculino-femenino, clásico-moderno, punto-lentejuela, delicado-agresivo, sexy-ingenuo, cómodo-sofisticado «Lo mío es un juego de contradicciones donde todo acaba interrelacionándose», explica la diseñadora, que también presentó su primera colección de zapatos con su firma.

Botones, protagonistas

Kina Fernández, quien ha dejado en manos de su hija María Álvarez el diseño de la marca, ha inspirado en el llamado 'Bowiestyle' su colección 'Chic Easyliving'. Abrigos y chaquetones en paño doble de lana, capas y trench 'oversize' donde los botones cobran tal importancia que las diseñadoras los consideran accesorios por sí mismos, y hombreras muy definidas son algunas de las claves de la firma gallega. La importancia de los hombros será otra de las tendencias clave en la próxima temporada invernal.

Entre las sorpresas agradables de la jornada, la colorida colección de Ana Locking. 'Spinning Destiny', realizada con seda, alpaca, crêpe, algodón y papel encapsulado entre organza de cristal. Los colores son el magenta, naranja, cereza, escarlata, indigo, naranja, rubí, rojo, burdeos, turquesa, rosa, mandarina, cereza, cámel y negro. No deja ninguno en el tintero. Su colección de «bisutería efímera», como la propia diseñadora define sus maxicollares y brazaletes de latón y cera de parafina sorprendió por su originalidad. «El año pasado hicimos algunas piezas con cera virgen de abeja pero para comercializar la parafina, recubierta de un barniz especial, es mejor», explicaba Ana González (Locking).

Lemoniez, encargado de bajar el telón de la jornada, presentó una colección inspirada en las creaciones del diseñador de interiores francés Jean-Michel Frank (1895-1941). El estilo del que fuera primo de Anna Frank, autora del conocido diario, fue el precursor en los años treinta y cuarenta del conocido como 'lujo pobre' y eso es lo que ha querido transmitir Lemoniez con sus propuestas para la próxima temporada invernal. De líneas simples y materiales muy escogidos, las prendas del diseñador vasco destacaron, sobre todo, por su elegancia. Beige, maquillaje, visón, dorado y marfil componen su paleta cromática.