ESPAÑA

El «blando» más duro

MADRID. Actualizado: Guardar
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Joseba Elosúa definía en la primavera de 2006 a Alfredo Pérez Rubalcaba como un «blando», dando a entender que había llegado en plena tregua sólo para gestionar el proceso de paz. Sin embargo, la actual opinión de ETA sobre el ministro del Interior está en las antípodas de aquella impresión. Pérez Rubalcaba, según la propia 'literatura' de la cúpula terrorista, se ha convertido en una «bestia negra» para los terroristas.

Un documento incautado a ETA en Francia a finales del pasado año y elaborado por su 'aparato político' resaltaba el «alto nivel de penetración» que tenían entre sus bases y militantes las palabras del ministro y, en particular, su ultimátum a la izquierda 'abertzale' en el que le invitaba a elegir entre «votos o bombas».

Los ideólogos de ETA lamentaban que el mensaje de firmeza de Pérez Rubalcaba hubiera calado hasta el punto de que sus acólitos veían cada vez más «fácil y mayor la victoria» del enemigo (el Estado).

Obsesión

Desde la ruptura de la tregua tras el atentado de la T-4 en diciembre de 2006, Pérez Rubalcaba ha aparecido una y otra vez en los 'papeles' internos, como nunca antes lo había hecho un ministro. Unos documentos que insisten en el daño que su política antiterrorista (y también penitenciaria) ha hecho a la organización armada.

Entre esos papeles está la carta del abogado etarra Txema Matanzas, que subrayaba que «Rubalcaba y compañía» ya han «repetido hasta la saciedad» y «más claro que el agua» que no va a haber más negociaciones con la banda.

La gestión de Rubalcaba al frente del Ministerio del Interior en estos casi cuatro años ha coincidido con algunos de los mayores éxitos de la lucha antiterrorista. Golpes que han llevado a ETA a buscar bases operativas inéditas, mucho más allá de Francia, como Portugal o, ahora, Cataluña.