David llevó mucho peligro por la banda durante todo el partido. :: FRANCIS JIMÉNEZ
MÁS FÚTBOL

Demostración de calidad y superioridad

Adrián Gallardo, con sus dos goles, fue el mejor en un partido a su medida donde dejó señas de su juego potente y efectivo El Cádiz B domina y golea a un Dos Hermanas bisoño que nunca inquietó la portería de Ricardo

PUERTO REAL. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Tres a cero. Fácil. Como le gusta ganar a cualquiera. Partido de libro que contenta a todo entrenador. Eso es lo que fue, en resumidas cuentas, del encuentro que le tocó disputar en la fría tarde de ayer al Cádiz B frente al Dos Hermanas. Ángel Oliva debió marcharse contento... o casi. El técnico maño siempre se lleva algún pero.

En esta ocasión fue la innecesaria y absurda expulsión de Rubén Díaz, que dejó al equipo con diez para todo el segundo tiempo. Ni por esas los de Paco Cala consiguieron rascar bola en un campo muy pesado como estaba ayer el de El Rosal.

El filial amarillo era muy superior y así quedó patente de principio a fin. Se nota que la crisis económica también ha pasado su cuchilla por el lomo de los equipos modestos, porque se vio claro que lo que tiene el Dos Hermanas es un equipo de chavales comprometidos para poder pelear y poco más.

Al Cádiz B le bastó con empujar más para lograr los tres puntos, que llegan como agua de mayo -aunque este año más de uno no va a querer ver más precipitaciones por esas fechas ni en pintura- después de que en las últimas jornadas las cosas no hayan salido del todo como se esperaba.

Un buen botín que ayuda a levantar la cabeza en la tabla y para lo que resta de temporada. Y quien debe llevarla muy alta es precisamente el último en llegar. Adrián Gallardo volvió a hacer una demostración de su juego potente y habilidoso y deja muy a las claras que tiene la intención de quedarse. Se estrena con sus dos primeros tantos en su tercer encuentro vestido de amarillo. Ayer todo lo que le caía en sus botas lo convertía en gloria bendita. Con el isleño, los de Oliva van a ganar mucha fuerza arriba.

El primero llegó a los ocho minutos, tras un pase de la muerte de David que el '8' cadista remata al palo y el balón rebota en un defensa y se aloja en la portería. El segundo al filo del descanso, tras un sensacional cabezazo picado que se cuela en la meta de Javi López. En esta jugada hay que ponerle un diez al centrador, Tiri, que se marcó una buena cabalgada por banda y la puso perfecta para empujarla.

La factoría isleña funciona

Sobre el tapete ayer se leyó el guión previsto. No se le pudo pedir más al equipo amarillo, porque el campo no estaba para florituras. Hizo lo que tenía que hacer y encontró el resultado que se esperaba. Todos tenían muy claro su cometido y sólo Rubén Díaz era el que parecía que no se enteraba. El genio no sirve para demostrar nada y sí puede ocasionar que se llegue demasiado tarde a la jugada. Está en tiempo de aprender de este tipo de cosas porque ayer puso a sus compañeros en un aprieto.

Por eso, y con un dos a cero en el bolsillo, Oliva prefirió tirar de galones para que no ocurriese nada fuera de lo previsto. Nada más empezar el segundo tiempo, metió a Caballero y Bienve dentro del campo para aprovechar su experiencia y templar al equipo. Acierto de todas todas, porque hasta con diez fue mucho mejor el Cádiz B que el Dos Hermanas. Tan sólo De Dios tuvo una aislada en la primera parte y una absurda falta dentro del área en la segunda (Llompart Pou sabrá lo que pitó) que se marchó fuera besando el palo.

Muriendo el partido, Gallardo hasta pudo ponerle un lazo a su actuación con el tercero, pero Javi López le ganó el mano a mano. Entonces apareció Germán. Con autoridad cabeceó un córner para hacer el definitivo. Marca registrada. Producto auténtico de La Isla, tierra de sol y de sal. Condimento ayer de un equipo que volvió a saber a gloria.