ANDALUCÍA

«No se puede hacer tabla rasa con el pasado, hay que contarlo»

Rafael Velasco Secr. Organización del PSOE

SEVILLA Actualizado: Guardar
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A Rafa Velasco (Palma del Río, abril de 1973) se le ve casi siempre con traje y corbata, sea en el Parlamento, donde es diputado, o en la sede regional del PSOE andaluz, donde ocupa el despacho de más actividad, el de Organización del partido. El hábito no hace al monje, pero en su caso, la seriedad que otorga un traje sí se corresponde con su carácter, el de un hombre serio, un tanto tímido y al que le cuesta bastante hablar de si mismo. «Me gusta escuchar», dice.

No había antecedentes políticos en su familia. «Mis padres son de la transición del silencio, no se hablaba mucho de política en casa». En su etapa de instituto participa del movimiento estudiantil y como líder en algunas protestas se topó con el alcalde socialista Salvador Blanco. «Me dijo que, en vez de protestar tanto, me fuera al Ayuntamiento a trabajar». Se afilió al PSOE con 20 años y con 22, tras presentarse en las elecciones municipales de 1995, ya era concejal de Juventud y Deportes.

Comenzó una carrera fulgurante en la que ha sido diputado nacional y vicepresidente de la Diputación de Córdoba. Como secretario general de las Juventudes Socialistas entra en 1996 en la ejecutiva regional del PSOE-A. Ya no saldría de ella. De la mano de Pizarro y Manuel Chaves, Velasco sube un peldaño tras otro hasta convertirse en el número 3. Esta intensa carrera política tuvo como contrapartida el abandono de los estudios cuando iba para profesor de Inglés, que ahora, ya casado y con una hija de meses, ha retomado. Hizo un master en Marketing.

Los libros son una de sus aficiones, desde biografía a novela negra, del que cita a Henning Mankell como favorito. Ahora mismo lee 'Ni de Eva ni de Adán', de Amélie Nothomb. Pero su gran afición es el deporte: ha sido jugador de balonmano, campeón provincial de ajedrez, le gusta el tenis y el fútbol y se pirra por las carreras de karts, su pasión. «Me sirve para soltar la adrenalina».

Velasco se considera un hombre que intenta huir de los extremos, que cree que las nuevas generaciones no pueden «hacer tabla rasa con el pasado», sino hablar sin tapujos y recuperar la memoria histórica. «Lo que pasó, pasó y hay que contarlo». Confiesa que en política se tienen pocos amigos. «Es un binomio muy complicado». También que no cree que la política sea un oficio y asegura que no se ha planteado ningún reto personal en ella porque «la vida da muchas vueltas». «Mi reto es colectivo, ganar las elecciones y salir de la crisis», matiza. Pero sí tiene una ambición personal diaria, la de llegar cada noche a su casa de La Carlota a tiempo para no perderse la hora del baño de su hija.