Modelos de Victorio & Luchino, Ágatha Ruiz de la Prada y Elio Berhanyer. :: AGENCIAS
Sociedad

Pesos pesados como Del Pozo o Berhanyer, en Cibeles

Drapeados, superposiciones y mezclas de tejidos protagonizaron la segunda jornada de la pasarela madrileña

| MADRID. Actualizado: Guardar
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Jesús del Pozo fue el encargado de levantar el telón de la 51 edición de Cibeles Madrid Fashion Week, tras la jornada del jueves de El Ego, donde American Pérez se alzó con el premio a la mejor colección de esta cita para jóvenes creadores. El diseñador madrileño ha regresado al calendario oficial de la pasarela -en la pasada edición presentó su colección en su taller como conmemoración de sus 35 años en la moda- con unas propuestas para el próximo Otoño-Invierno teñidas de marrones, mostazas, tejas, verdes oliva, calderas y azules intensos. Faldas tubo por encima de la rodilla, pantalones anchos y pitillos, abrigos y capas, muchas capas. La lana y el punto se combinan con charoles y metales, que el modisto utiliza en puños y cuellos como si se tratase de un accesorio con entidad propia.

Tras las tranquilas propuestas de Jesús del Pozo le tocó el turno al espectáculo de Francis Montesinos, que en esta ocasión optó por dar la bienvenida a los presentes con una alborada (canto típico valenciano), interpretado por su prima, María José Pérez. El 'show' no había hecho nada más que empezar. Enredados en redes marineras, los modelos (ellas y ellos) pusieron en escena la colección 'Mar del Cabanyal', que inspira la nueva colección de Montesinos. «Me parecía muy poético empezar con esta canción que ha escrito María José y que define la esencia de la colección», explicó el creador valenciano, que subió a la pasarela a su musa, Paola Dominguín, y al modelo Jon Kortajarena.

Ágatha Ruiz de la Prada presentó una colección 'pop-comercial' en la, como es habitual, mezcló los naranjas con los fucsias, amarillos y azules eléctricos. Para el final dejó lo que ella ha bautizado como 'vestidos-paraguas' (con enormes cancanes) y, siguiendo las tendencias, ha realizado para la próxima temporada invernal sus corazones en metal y los ha cosido en cazadoras, vestidos y jerseys.

Sorpresas

La tarde arrancó con Victorio & Lucchino, que proponen para el próximo Otoño-Invierno una colección nada Victorio & Lucchino. Adiós a los volantes, hola a los plisados. El aire andaluz que respiraban sus modelos parece haber sido absorbido, de repente, por la Grecia clásica. Las maniquís desfilaron con propuestas de terciopelos, sedas, gasas y satenes para una colección en vainilla, maquillaje y gris plomo, con el frambuesa como única pincelada de color fuerte. Mezclas de tejidos, de estructuras y drapeados, muchos drapeados.

Tras el turno de los sevillanos llegó Elio Berhanyer, uno de los históricos de nuestra moda española. El cordobés, fiel a su estilo, trajo a Cibeles una colección de trajes de chaqueta y vestidos inspirados en la Andalucía del siglo XVIII donde no faltaron evocaciones a la tauromaquia y los bandoleros de Sierra Morena con tocados de goyesca y monteras. Como curiosidad, una de las modelos subió a la pasarela un traje muy similar al que lucía la Condesa de Montarco, incondicional del creador cordobés. Lanas, gasas, moirés y brocados para una exquisita colección en la que no faltaron las propuestas nupciales.