LA ESPERANZA COLECTIVA 20 2

Recuperar el espíritu de consenso

SECRETARIO GENERAL DE UGT CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Para un sindicalista cuyos objetivos básicos son la lucha por una sociedad más libre, más justa y más solidaria, el hablar de la Constitución de 1812 es hablar de esa lucha constante de los hombres y de las mujeres por conseguir su dignidad como personas en un mundo que les negaba esos derechos innatos a la condición humana.

El hablar hoy día de la libertad individual, de la inviolabilidad del domicilio, de la libertad de prensa, de expresión o la separación de poderes, es algo usual y normal, pero en 1812 esto significó una conquista importantísima para la sociedad de aquella época, sobre todo si tenemos en cuenta el contexto socio-político en el que se produce, estábamos inmersos en una guerra y dentro de un régimen monárquico absolutista. Tanto por su contenido -era una Constitución de las más liberales de su tiempo- como por el entorno en el que se produce esta Constitución de 1812 o la Pepa, como también se le llamaba, es una Constitución que se adelantó a su tiempo y empezó a marcar en la España de mediados del siglo XIX un grito de libertad.

Dentro de dos años celebraremos su Bicentenario en un ambiente socio-político distinto pero impregnado por ese grito de cambio y de libertad.

Como secretario general de la UGT de Cádiz no puedo olvidar la situación económica por la que estamos atravesando los gaditanos y gaditanas -más de 170.000 parados y paradas en este mes de enero-. Este panorama socio-laboral es contrario a esa dignidad humana que hace ahora casi doscientos años Gregorio Laguna, Francisco María Riesco, Mariano Rivero, Manuel Villafañe y otros más plasmaron en ese manuscrito de 1812 que fue nuestra primera Constitución.

Si los representantes de la sociedad gaditana fuéramos capaces de anteponer los intereses generales a los particulares, lo colectivo a lo individual y hacer todos un gran esfuerzo para salir de este agujero negro que nos empobrece cada día más a todos, este sería el mejor homenaje que le podríamos hacer a aquellos hombres valientes que apostaron por una sociedad más justa en 1812.

El 2012 debe significar para nuestra provincia la conjugación de la celebración histórica del Bicentenario de nuestra primera Constitución y la recuperación económica basada en una recuperación de la actividad productiva que se viera reflejada en el descenso del paro y la consecución del pleno empleo.

Estoy convencido de que no ha fallado nuestro modelo de relaciones laborales; estoy absolutamente convencido de que la crisis de la gran banca provocada por la avaricia de los que más tienen, unido a nuestra gran dependencia económica al sector de la construcción que precisa de grandes sumas de capital que la banca ya no concede tan fácilmente, es la causante de la actual situación. Es preciso apostar por la provincia, es necesaria la inversión de capital privado, la creación de nuevas empresas relacionas con I+D+i. Esta provincia no necesita oportunistas ni especuladores, esta provincia necesita a hombres y mujeres que crean en ella, que apuesten por sus múltiples posibilidades e inviertan para crear riqueza, al igual que aquellos hombres convencidos ideológicamente apostaron hace ahora casi doscientos años por sacar a este país del Antiguo Régimen, ya caduco, y nos introdujeron en la senda de la modernidad política.

El 2012, año del Bicentenario de nuestra primera Constitución, del nacimiento de políticas sociales y económica, germen de los movimientos constitucionales en Hispanoamérica, también debería ser el año de nuestra recuperación económica sin dejar por el camino los derechos conquistados, después de muchos años de lucha sindical, por los trabajadores y trabajadoras de este país.

¡Viva la Pepa!