El Gobierno desea el apoyo del PP al pacto, pero no considera que sea imprescindible
El jefe del Ejecutivo se reunirá con Rajoy sólo si es «determinante» para dar el impulso definitivo al acuerdo
MADRID. Actualizado: GuardarEl Gobierno dejó ayer claro que el apoyo de todos los partidos, incluido el PP, a la batería de medidas anticrisis que aspira a aprobar en dos meses el Ejecutivo es su «objetivo fundamental». Pero también, y a renglón seguido, admitió que si algún grupo, como podría ocurrir con los populares, no está por la labor de sellar un acuerdo y se desmarca, sacará adelante las reformas pactadas con todos los demás. Mariano Rajoy escenificó el escaso entusiasmo que tiene por reunirse con la comisión que debe alcanzar los acuerdos y criticó a Zapatero por «perder el tiempo» y «distraer» a la sociedad. «No tengo que esperar a una comisión para decir qué se debe hacer frente a la crisis», acotó.
La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, tras el Consejo de Ministros, dijo que desea que «todas las formaciones», que el jueves se sentarán por primera vez con la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, y los ministros de Fomento e Industria, terminen por cerrar un acuerdo. «El método -comentó- es discutir un documento abierto y debatirlo con todos; a partir de ahí, se abre el diálogo y cuantas más fuerzas estén en el acuerdo mejor». «Creo que habrá acuerdo y espero que con el mayor número, porque eso es lo que esperan los españoles», aclaró.
Fernández de la Vega respondió así a las descalificaciones del PP a la reunión, que considera «un engaño», pues cree que al final sólo será posible sacar adelante el paquete de reformas con los nacionalistas de CiU, PNV y Coalición Canaria, que junto con los independentistas de ERC son las fuerzas que, pese a sus críticas al Gobierno, han mostrado más disposición a negociar.
La vicepresidenta, pese a las reservas hacia las intenciones reales del PP, destacó que «lo importante» y lo «positivo» es que todos han aceptado participar en la primera sesión del diálogo, y «ése sin duda es el camino». Se mostró «alegre» por que los populares «hayan suspendido la negativa inicial y se sumen a la comisión» y dijo que iba a ser «prudente» y no perdería ni un segundo en «responder a críticas y descalificaciones» que, como las de Rajoy, «no ayudan ni a resolver el debate ni a salir de la crisis». Pese a su contención verbal, cuando fue informada de las críticas del líder del PP, señaló que todo lo que no sea esforzarse en llegar a acuerdos es «un ejercicio de frivolidad».
La número dos del Ejecutivo, de forma indirecta, admitió que Zapatero no tiene por el momento intención de citar en La Moncloa al líder de la oposición, un encuentro aplazado en varias ocasiones durante el último año y medio con el pretexto de problemas de agenda, pero, según la impresión general, más bien por falta de voluntad de ambos. El presidente del Gobierno y el líder opositor han sustituido los 'bis a bis' semestrales en la Moncloa por esporádicas llamadas telefónicas para temas de especial relevancia.
De la Vega recordó que Zapatero no descartó el miércoles pasado verse en algún momento del proceso negociador con Rajoy o con otros líderes políticos para desatascar el diálogo, pero sobre la posibilidad real del encuentro y sobre su cercanía comentó: «Vamos a esperar, todo llegará en su momento».
El presidente del Gobierno, desde Londres, afirmó que sólo prevé llamar al líder de la oposición si es «determinante» para dar «el impulso político» que permita alcanzar un acuerdo. Zapatero se mostró satifecho, «en general», con la respuesta «positiva» del PP a la oferta de pacto.
Estrategia popular
Cinco dirigentes del PP coincidieron en descalificar la iniciativa de la comisión anticrisis, a la que negaron utilidad. Rajoy anunció que su partido presentará ante el 'triunvirato' las mismas propuestas que él enumeró en el Congreso durante el debate con Zapatero. En concreto: reducción del déficit público, restructuración del sistema financiero y un cambio laboral previo a la reforma de las pensiones.
El líder de los populares andaluces, Javier Arenas, reprochó al presidente del Gobierno no haber consensuado con Rajoy la forma y el fondo de la comisión, y el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, comparó a Zapatero con un «mago de comuniones» por su iniciativa. «La gracia ya no está en el truco, sino en ver todo lo que hace para que el truco le salga bien», comentó sarcástico.
Ana Mato, vicesecretaria de Organización del PP, no bajó el diapasón de la crítica y tachó de «colmo de la desvergüenza» que los socialistas pidan un pacto a Rajoy y al día siguiente «le insulten gravemente, como hizo Pepiño Blanco».