:: TEXTO: ISABEL BARBADILLO :: FOTOGRAFÍA: MAURICIO DUEÑAS
Sociedad

Hormigas gigantes toman el Congreso en Bogotá

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1.300 hormigas gigantes, de 95 centímetros de largo, han tomado estos días el Congreso de la República de Colombia. ¿Un golpe de Estado protagonizado por insectos? No es una idea descabellada, dado que la realidad casi siempre supera la ficción y que los colombianos están acostumbrados a los derrocamientos de poder. Ante la cara de asco del militar que las vigila -la verdad es que cualquiera puede sentir cierto repelús-, las hormigas campan a sus anchas por toda la fachada de uno de los edificios más emblemáticos de Bogotá, situado en la Plaza Simón Bolívar, el militar que precisamente dio el primer golpe de Estado el 27 de agosto de 1828, para conseguir la emancipación del país colombiano del imperio español. ¿Qué diría el libertador Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios ante este espectáculo? No se alarmen, que las hormiguitas son de fibra de vidrio y no respiran. Su autor, el artista Rafael Gomezbarros, pretende llamar la atención del ciudadano para que tome conciencia social de los monumentos y reflexione sobre lo que vive a diario, ya que en su opinión, estos animalitos representan la inmigración, la globalización y el desplazamiento, fenómenos ante los que uno no debe permanecer impasible. Este proyecto «liberador de conciencias» viajará a Argentina, México, Chile, Estados Unidos, Canadá, Alemania y también a España. Tal vez pronto veamos a las hormigas trepando por la castiza Puerta de Alcalá, como sueña su creador. Un gran espectáculo, provocador pero inofensivo.