Imagen de dos de los imputados en la operación de explotación sexual, conducidos por dos agentes de la Guardia Civil. :: Óscar Chamorr
Jerez

Cuatro testigos protegidos ratifican ante el juez que eran explotadas por los Galán

El instructor empieza a tomar declaración y debe decidir hoy si envía a prisión a la familia jerezana y al resto de detenidos

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Son el pilar fundamental de la 'Operación Toscana' porque sus testimonios guiaron a la Guardia Civil hasta acabar con el arresto de 15 personas, entre ellas el empresario de la noche Juan Luis Galán y sus hijos Juan Pedro y Rocío. El primero conocido como promesa frustrada del toreo y la segunda por su relación estrecha, meses atrás, con el diestro Ortega Cano. Ese pilar lo constituyen las prostitutas que decidieron colaborar con los agentes en el arranque de la investigación, allá por el mes de abril, y que ahora tienen la categoría de testigos protegidos. De las cuatro mujeres que se encuentran en esta situación, tres de ellas comparecieron ayer. La primera lo había hecho el día antes. Según pudo saber este periódico, todas ellas se ratificaron en los testimonios que ya habían ofrecido a los investigadores y que hablan de un control férreo ejercido por la familia Galán y sus empleados sobre las prostitutas que trabajaban en sus seis clubes de alterne. Ese estricto régimen, según estas declaraciones, incluía que se quedaran con parte del dinero que percibían de los clientes u horarios interminables de trabajo.

La jornada en el juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 5 de Chiclana arrancó con la práctica de esta prueba preconstituida, que se llama así porque consiste en recoger el testimonio de testigos con todas las garantías judiciales para que no sea necesario volver a interrogarlos llegado el momento de la vista oral. Para que tenga validez esa declaración, los implicados debían estar presentes con sus respectivos abogados, de ahí que se adelantara su llegada a los juzgados.

Estas diligencias ocuparon gran parte de la jornada. Tanto es así que a las siete de la tarde aún no habían comenzado los interrogatorios de los imputados, que habían sido trasladados desde los calabozos de la Comandancia de Cádiz pasada la una de la tarde.

En torno a las cuatro y media los abogados de la defensa salían del edificio, confirmando que la toma de manifestaciones no comenzarían hasta las seis de la tarde. Si bien este periódico supo que no fue hasta una hora después cuando el juez dirigió las primeras preguntas a los implicados.

El orden que inicialmente estaba previsto era comenzar por el núcleo del entramado: Juan Galán, su esposa María Isabel Aguilar, el torero e hijo del empresario Juan Pedro Galán, el responsable de la gestión de la Finca el Toro y Rocío Galán. Sin embargo, en el último momento el instructor decidió modificar el orden y comenzó por los detenidos que tienen a priori una menor implicación. Así prestaron declaración tres empleados de la familia, que negaron cualquier tipo de irregularidad en los negocios de los Galán; también dijeron que no habían recibido órdenes explícitas que supusieran un menoscabo en las condiciones laborales de las prostitutas.

En torno a las diez y media de la noche, el juez decidía posponer al día de hoy el resto de interrogatorios. Así, los quince implicados fueron devueltos a los calabozos de la Comandancia de Cádiz donde pasarán una noche más; la última antes de saber si serán enviados a prisión preventiva o serán puestos en libertad.