COMPLEMENTO CIRCUNSTANCIAL

Los que no se enteran

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Parece que fue Felipe II el que, para justificar la inoperancia de su armada y la necedad de los que la pilotaban, dijo aquello de «Yo mandé mis naves a luchar contra los hombres no contra los elementos». Algo así le ocurre a nuestro Ayuntamiento cada vez que los elementos -la lluvia en este caso- malogra alguno de esos actos maravillosos a los que nos tienen acostumbrados. Si la cabalgata de Reyes había sido un mamarracho no fue sino por la lluvia que impidió el lucimiento de las maravillosas carrozas. Si la cabalgata magna ha resultado como ha resultado, tampoco es culpa de quienes la organizan, sino del inclemente invierno que no nos deja. Nada que ver con el derrotismo ni con la crítica malsana de los que van siempre a lo mismo.

Este año, la cabalgata magna no ha estado ni peor ni mejor que otros años, porque la mediocridad no admite grados. Tenía su gracia ver a los premiados del concurso subidos en un trono -¿un coro en una carroza?-. Tenía su gracia ver a los zancudos de una compañía telefónica intentando reanimar algo que ha entrado en fase agónica hace tiempo. Tenía su gracia, eso sí, que cada carroza se hubiera reciclado en algo parecido en un desfile temático sobre Iberoamérica -lo siento, yo vi una carroza de los tres cerditos y otra de Minnie Mouse, pero tendría su explicación-. Pero lo que más gracia tenía era la carroza del pregonero, dedicada a «Cádiz Constitucional» -se ve que no le cabía más, al letrero. Porque el destino juega a veces estas malas pasadas y quienes organizan esto debería tenerlo en cuenta. Porque era una alegoría de lo que va a ser el Bicentenario. Una carroza dedicada a Cádiz, con la Pepa, las banderas. y tripulada por los gaditanos. Los que no se enteran.