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Confianza

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Desde el cese de Javier Gracia hasta hoy he venido escuchando que el problema de este Cádiz no era de entrenador y sí de falta de calidad en la plantilla. Y tras la última derrota en Córdoba, lo he oído con más fuerza aún si cabe. No seré yo el que diga lo contrario ya que los que así opinan tienen bastante razón. A esta plantilla le falta calidad a raudales, pero yo sigo confiando en Espárrago como revulsivo. Sigo confiando en el uruguayo para que, junto con Luis Soler, sean capaces de sacarle a cada jugador más de lo que cualquiera les sacaría. Esa habilidad la tiene el charrúa. Ya sé que muchos me dirán que de donde no hay no se puede sacar, pero yo soy más de la opinión contraria, que no es otra que la de saber motivar a cada futbolista, hacerle creer que es mejor de lo que realmente es. Además el concepto de equipo, de sacrificio, de sumar son conceptos que a lo mejor tarda en calar en los jugadores, pero que una vez que lo haga, se notará el rendimiento.

Me quedo también con algo que se dijo ayer en la tertulia de Punto Radio Cádiz y es que este año, a diferencia del último descenso a la categoría de bronce, todos sabemos que la meta es la permanencia. En aquella ocasión algunos seguían mirando hacia arriba sin percatarse de lo que de verdad era nuestra guerra. Y así pasó lo que pasó. Descendimos. Hasta las últimas tres jornadas no se le vio las orejas al lobo. En esta ocasión todos somos conscientes de lo que nos jugamos, y sabemos que la empresa será difícil (ya lo está siendo) pero tenemos los pies en el suelo y queda muchas jornadas por delante. Por fortuna el partido del domingo ante el Hércules de Alicante no es como aquel del descenso jugado en el José Rico Pérez. Allí se trataba de un salto mortal sin red, un doble o nada. Ahora, si por mal del demonio perdemos contra el líder, pese a que la cosa se pondría algo más difícil, afortunadamente habría partidos para poder reaccionar. Espero que no sólo queden partidos y que queden ganas y fuerza física y moral. A ganar al Hércules, y si perdemos que lo hagamos con dignidad, no como ante el Levante, ante un equipo con nueve, y no seamos tan blanditos, como lo fuimos ante el Córdoba. Y punto.