El Madrid naufraga en el Ródano
La derrota mínima fue la mejor noticia para los blancos, incapaces de penetrar ante un ordenado Lyon que les pudo matar a la contra El golazo de Makoun coloca por delante a los franceses, que dejan con vida a los de Pellegrini
MADRID. Actualizado: GuardarLa mejor noticia para el Real Madrid es que salió vivo de su naufragio en el Ródano y sus males tienen remedio en el Bernabéu, donde no podrá contar por tarjetas con Xabi Alonso y Marcelo. En un partido impropio de un grande que aspira a reconquistar Europa, cayó por la mínima frente a un adversario huérfano de sus antiguas figuras pero correoso, disciplinado, con las ideas muy claras y muy superior en el aspecto físico y táctico.
Ni por asomo es el Olympique de los Essien, Malouda, Abidal, Tiago, Benzema o Juninho Pernambucano, de ese bloque ya que golpeó dos veces a los blancos en Gerland y les empató en Chamartín, pero ya demostró en la fase de grupos que es capaz de dejar en la cuneta a equipos con tanto cuajo como el Liverpool. El duelo de Gerland recordó mucho al del pasado domingo en el Calderón, ya que los madridistas se vieron tan impotentes para quebrar las cerradas líneas galas como los catalanes las rojiblancas. Lentitud, falta de ideas, posesión estéril y una zaga muy vulnerable la del Madrid.
Fueron varios y graves los problemas de los de Pellegrini. Para empezar, un juego en el que confundió paciencia con parsimonia. Con balones al pie resulta difícil triunfar en el fútbol moderno. El Madrid apenas entró por banda, ya que el dibujo del técnico chileno carece de extremos, y Granero y Kaká no auxiliaron a Xabi Alonso en la salida del balón y el enganche con la delantera. Diarra, novedad en el once en sustitución de Lass, ni cortó, ni distribuyó. Y Marcelo evidenció, una vez más, que es un buen volante pero un mal lateral.
Aunque las estadísticas son definitivas en el baloncesto pero suelen estar peleadas con el fútbol, los diez tiros a puerta del Lyon por ninguno del Real Madrid explican bien a las claras lo que ocurrió en la primera mitad. Y eso que los franceses salieron muy atrás, temerosos, con al menos siete jugadores siempre por detrás del balón. Pero se juntaron a la perfección y cerraron líneas de tal forma que los blancos siempre murieron sin llegar al área.
Lo único vistoso de los merengues en ese período fueron las genialidades, o frivolidades, según se mire, de Cristiano Ronaldo.
Tocó el balón apenas cinco veces, cuatro de ellas de tacón y la última un intento de bicicleta. Sólo en uno de esos toques sutiles estuvo a punto de habilitar a Higuaín, vigilado hasta por tres hombres. No les gustó mucho a los galos esta actitud del portugués, a quien derribaría Govou con los dos pies por delante.
Las consignas de Puel a su tropa eran sencillas, las de toda la vida. Cerrar los espacios, robar, transiciones rápidas y tratar siempre de acabar las jugadas para poder volver a la posición de origen en defensa. Sabedores de que Marcelo es una bicoca, buscaron una y otra vez al veterano Govou, superviviente del gran Olympique heptacampeón porque suma doce temporadas en Lyón. Dos voleas suyas y, sobre todo, otra del argentino 'Chelo' Delgado que se estrelló en el palo, fueron las mejores ocasiones hasta el descanso.
Pellegrini observó lo que ocurría y en la reanudación retiró a Marcelo, ya amonestado. Entró Garay y el problema es que con sólo un cambio se modificaron tres posiciones en la defensa, ya que Ramos pasó al lateral derecho y Arbeloa al izquierdo. Sin tiempo para ordenarse, Makoun avanzó y se sacó un disparo extraordinario que hacía justicia. Tanto sufrían los blancos que hasta Casillas, cual alevín, se complicó la vida en un saque de puerta y se la dio al delantero. Menos mal que Lisandro tiró fuera.
Por falta de fuelle o porque el Lyon veía la posibilidad de cerrar la eliminatoria en Gerland y perdió el miedo, el caso es que el partido se abrió. Y con espacios, la teoría dice que la mayor pegada del Madrid debería imponerse. Cristiano se buscó la vida y casi de la nada sacó un disparo envenenado que desvió Lloris.
Luego, Higuaín no pudo con Lloris, el mejor portero joven de Francia. Entró Benzema pero poco aportó el antiguo ídolo de Gerland. Quejarse de un posible penalti del portero sobre Cristiano, ni siquiera serviría de excusa a una mala noche.