La experiencia de HTC en móviles Android crea este teléfono inteligente que pretende convertirse en un nuevo iPhone.
Sociedad

Todo el mundo en tu bolsillo

El móvil que viene. Incorpora un mapa con nuestros conocidos, a los que podremos ver la cara

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El móvil perfecto está en Barcelona. El que será el teléfono más avanzado del mundo en prestaciones y diseño se encuentra en alguno de los stands desplegados en la Mobile World Congress (MWC), una impresionante feria de telefonía móvil, considerada la más importante de Europa. Será el mercado el que, en el futuro, decida cuál es el mejor de todos, pero de momento se pueden ver (y tocar) dispositivos capaces de localizar 'in situ' a tus amigos, rodar películas en alta definición o guiarte hasta un restaurante romántico.

Los terrenos de la Fira de Barcelona se convierten así en el lugar perfecto para tomar la temperatura al convulso sector de la telefonía móvil y esbozar una radiografía de cómo serán los móviles que encontraremos en las tiendas de aquí hasta final de año. El primer punto del diagnóstico es claro: las pantallas táctiles mandan de una manera aplastante. Los fabricantes siguen presentando móviles con teclado numérico, pero estos diseños se reservan a terminales de gama media o baja. Si lo que uno quiere es un móvil de última generación debe enfrentarse a la experiencia de manejar el terminal tocando la pantalla.

El segundo trazo para esbozar la foto de nuestro próximo móvil es la conexión permanente a internet. Y, hoy en día, decir internet es decir redes sociales. Con más de 60 millones de usuarios de Twitter, o 350 millones de Facebook, el acceso a estos foros de internet es crucial para un consumidor cada vez más conectado a sus amigos, compañeros de trabajo o familiares. A las redes sociales se podrá acceder navegando, pero las empresas del sector tratan de facilitarnos esta labor haciendo que todos los mensajes, actualizaciones o eventos nos lleguen de forma automática, como si se tratara de un SMS. El concepto se llama 'agregador social' y cada compañía le pone un nombre distinto, pero la filosofía es la misma: que nos enteremos vía móvil de lo que hacen las personas de nuestro entorno con segundos de diferencia y con un sistema lo más fácil posible de usar.

La conexión permanente a internet tiene un efecto colateral: cada vez hay más servicios que se transmiten por la red con coste cero. Los mensajes directos de Twitter, por ejemplo, son gratuitos y reemplazan perfectamente a un mensaje SMS (siempre que nuestro destinatario también tenga Twitter). Otro tanto ocurre con los servicios de Voz sobre IP como Skype. Estos programas permiten, en teoría, hablar con otra persona sin tener que pagar la llamada, ya que el soporte es la tarifa de internet que ya abonamos religiosamente. Las operadoras tienen pánico (y con razón) a estas prestaciones y muchos las inutilizan para evitar una sangría en los ingresos. En un futuro no muy lejano, sólo pagaremos una tarifa plana de internet y todos los servicios (llamadas, mensajes, navegación...) funcionarán sobre la red.

Todos localizados

La tercera gran pata del móvil perfecto es la geolocalización. Casi todos los teléfonos tienen ya GPS pero, aparte de para orientarse en carretera, la industria ha descubierto el filón de vender servicios basados en decirnos dónde están nuestros amigos, qué restaurantes recomendados por nuestros compañeros hay en la zona en la que estamos o dónde podemos escuchar un concierto de jazz sobre el callejero de nuestra ciudad.

Los móviles de hoy no son nada sin capacidades de audio y vídeo. La cámara del móvil perfecto debe tener, al menos, cinco megapíxeles con autoenfoque, flash y cuantas más opciones mejor. En vídeo, los móviles del futuro permiten grabar toda una película casera en alta definición 720P. No da tanta nitidez como una videocámara o televisor domésticos pero es de una innegable calidad. Los móviles más avanzados cuentan con enormes pantallas de tres a cuatro pulgadas. Sin embargo, la feria de este año ha comenzado a destapar versiones más reducidas de estos teléfonos para quienes no quieran llenarse demasiado los bolsillos.

El Mobile World Congress traslada la competencia entre las marcas hacia un sector que hubiera sido inusitado hace dos años, el de las aplicaciones. Los teléfonos de hoy en día son como pequeños ordenadores y todo ordenador necesita su 'Windows', un conjunto de programas llamado 'sistema operativo' que lo haga funcionar. El quid de la cuestión es que la venta por internet de programas para cada sistema genera pingües beneficios. Apple ya lo descubrió con su iTunes y ahora todos los fabricantes quieren su trozo de pastel. Google vende programas para su sistema Android desde Android Market. Symbian y Nokia tienen su OVI Store, Microsoft presenta su software Windows Phone 7 y Samsung lanza en la feria su nuevo sistema operativo Bada, de código abierto y con su propia tienda de aplicaciones, la Samsung Apps. En estas tiendas y siempre desde el propio móvil, cada persona puede descargar todo tipos de programas desde servicios de noticias económicas hasta calculadoras científicas, monitores deportivos que nos guían mientras hacemos footing o aplicaciones que nos permiten saber qué es un monumento simplemente fotografiándolo con la cámara del móvil y conocer el nombre de una canción haciendo que el teléfono la 'escuche'. La mayor parte de estos programas son gratuitos. En definitiva, la feria nos enseña que el móvil del futuro no sólo hace de todo, sino que puede ser manejado por cualquiera, independientemente de sus conocimientos técnicos. Sólo hace falta curiosidad.